El colapso del Acuerdo de Granos del Mar Negro sobre la exportación de cereal ucraniano al resto del mundo, que ha bloqueado Rusia en las últimas semanas, impacta inevitablemente en los mercados americanos, donde algunos ya sufren la subida de los precios y otros, grandes productores, se ofrecen para dotar de abastecimiento y paliar el golpe.
En Estados Unidos ha primado hasta el momento un análisis geopolítico de la cuestión, y los responsables gubernamentales han puesto por delante las graves consecuencias que la ruptura de los acuerdos del mar Negro pueden tener en los mercados globales, y en especial en los países pobres.
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El final de esos acuerdos se considera que afectará ante todo a los mercados preferentes del cereal ucraniano y ruso -Europa, África y Oriente Medio- y en menor medida a América, que prácticamente no sufrirá ninguna disrupción en el suministro, como recuerdan los expertos.
Sin embargo, la subida en los precios internacional del trigo y el maíz detectada esta misma semana en los mercados de París y Chicago -de referencia en el sector- no pueden sino beneficiar a Estados Unidos como principal exportador de maíz, aunque el discurso en todos los medios sea el de preocupación por los efectos globales.
El experto de Euroasia Group Peter Ceretti consideró por su parte, en declaraciones al portal económico CNBC, que el impacto de la retirada rusa de los acuerdos hay que tomarlo con reservas, pues el precio del grano depende de otros muchos factores distintos, como la sequía en Europa y la gravedad que este año pueda revestir El Niño.
Brasil, dispuesto a suplir la demanda
Brasil, tercer mayor productor mundial de granos y cereales, detrás de China y Estados Unidos, con un 7,8 % de participación del mercado, y líder en algunos cultivos, como el de soja, puede beneficiarse de la ruptura del acuerdo para las exportaciones desde los puertos ucranianos.
El vicepresidente de la Asociación Brasileña de la Agroindustria (Abag), Ingo Plöger, explicó a EFE que "inmediatamente" subirá el precio de "insumos" como el trigo y maíz porque "Ucrania los transportará por vía terrestre y fluvial, con vehículos menores y a mayor tiempo".
Ese encarecimiento de la cadena, según Plöger, afectará a los países "más pobres", pero Brasil puede terminar sacando provecho al menos a "muy corto plazo".
"A mediano plazo todo eso se va a equilibrar y a reajustar con las tres cosechas que tiene Brasil", un país que "sin problema alguno" puede suplir la demanda de Europa sin afectar a los habituales compradores de Asia y América, destacó.
Ya el analista de inversiones de la consultora Arton Advisors y especialista en agroindustria, Tarik Thome, indicó que el fin del acuerdo "impactará los precios 'spot' (de contado)".
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"Se reflejará en la dinámica mundial de los granos", debido a que Ucrania es "uno de los mayores exportadores de girasol, maíz, trigo y cebada" y, en ese contexto, Brasil puede tanto beneficiarse como sentirse afectado.
"Si por un lado la soja y el maíz, como tercer mayor productor mundial, tendrán una alta demanda que puede ser atendida, el impacto negativo puede llegar por el del trigo, del que Brasil es un gran importador", citó el experto.