Historias que importan, gracias a lectores como tú

El periodismo que hacemos requiere tiempo, esfuerzo y pasión. Cada reportaje es para mantener informado y contar historias que marcan la diferencia

Sucríbete y obtén acceso a contenido exclusivo

  
Suscribirme
EPAPER Donald Trump|Miss Universo|Diáspora salvadoreña|Pensiones|Torneo Apertura 2024

Obstáculos para la reelección

como parece que no están tan seguros de un triunfo definitivo y todavía faltan unos meses, podemos esperar más leyes que les permitan destrozar totalmente la democracia y convertir al país en una dictadura

Por Teresa Guevara de López
Maestra

El anuncio de Bukele de que se iba a reelegir, celebrado por sus seguidores con derroche de vulgaridad, fue una bomba que nos recordaba la dictadura de Martínez con 13 años en el poder y que 7 artículos de nuestra Constitución denominados pétreos —porque no son susceptibles de ser modificados— prohíben la reelección inmediata, y por muy malos gobernantes que hayamos soportado, ninguno se había atrevido de manera tan grosera a quebrantar.


La ignorancia de los diputados cian y sus funcionarios no les permite comprender la gravedad del asunto, y a pesar de los ridículos esfuerzos del vicepresidente Ulloa para justificar lo injustificable, el camino hacia la reelección está empedrado de dificultades que deben eliminarse para que Bukele se mantenga en el poder. Para ello ha sido necesario que el Ejecutivo haya enviado a la Asamblea Legislativa una serie de propuestas, necesitadas de aprobación exprés, para eliminar las prohibiciones a la reelección.


Debieron derogar la prohibición de que un año antes de las elecciones, no se podían realizar cambios que pudieran afectar la legalidad del proceso. Luego se convirtieron en 44 los 262 municipios de la República, sin ningún estudio técnico, porque Bukele dijo que “en 21,000 kilómetros cuadrados eran muchas alcaldías”. Y se redujeron los 84 diputados a 60, para beneficiar al partido NI dado el pésimo desempeño de muchos de sus alcaldes y de la mayoría de sus diputados.

Nuevas leyes que penan con hasta 20 años de cárcel a todos los que impidan la inscripción de candidatos, por si a algunos de los magistrados sumisos del TSE se les ocurriera recordar que la Constitución prohíbe la reelección. La tardanza en la selección de la empresa a cargo del voto en el exterior, la opacidad en el proceso y la novedad de poner en la papeleta la foto del presidente y vicepresidente es la cereza en pastel. Porque aunque se ha trabajado bastante para mantener al pueblo en la ignorancia, para muchos ingenuos el escudo de NI no aseguraba que estaban votando por don Nayik.


Pero a pesar de tantas movidas para allanar el camino, hay indicios que el partido cian no está tan seguro de su aplastante victoria. La ratificación de la fórmula Bukele-Ulloa recibió 44,398 votos, apenas un 9.5% de los 465,468 afiliados según estadísticas del partido, que Bukele anunció como: “Hoy habló el partido más grande en la historia de nuestro país, y el 4 de febrero de 2024 el pueblo tendrá la última palabra. La democracia se escribe de abajo hacia arriba”. Arrogancia ofensiva, porque la verdadera democracia está en el fiel cumplimiento de las leyes contenidas en nuestra Constitución, que el mandatario juró cumplir y que no depende de una popularidad que, a base de mentiras y falsa publicidad, ha logrado entre los sectores menos educados. Aunque NI califique la elección como “histórica, democrática y transparente” es solo histórica, porque jamás se había calificado de esa manera una violación tan descarada a nuestros principios constitucionales.


La entrevista que el jefe de fracción de NI, Christian Guevara, tuvo en un programa de TV en Lima, cuestionado por el periodista Fernando Carvallo, sobre la ilegalidad del segundo mandato, evidenció los malabares y juegos de palabras necesarios para cubrir la movida chueca con un manto de legalidad. “Él va a renunciar en diciembre. Va a designar a un designado para terminar el período. Y si los salvadoreños lo escogen, va a seguir”. Dicen que no es renuncia, sino pedir licencia, aunque la Constitución claramente expresa que las únicas razones para renunciar son muerte, enfermedad o destitución.

Y como parece que no están tan seguros de un triunfo definitivo y todavía faltan unos meses, podemos esperar más leyes que les permitan destrozar totalmente la democracia y convertir al país en una dictadura. Pero Dios sabe más y actuará.


Maestra.

KEYWORDS

Delitos Contra La Constitución Opinión

Patrocinado por Taboola

Inicio de sesión

Inicia sesión con tus redes sociales o ingresa tu correo electrónico.

Iniciar sesión

Hola,

Bienvenido a elsalvador.com, nos alegra que estés de nuevo vistándonos

Utilizamos cookies para asegurarte la mejor experiencia
Cookies y política de privacidad