Doce años pasan volando, más cuando se reflejan en 40 y tantos segundos. Para los que llegan últimos, y que no son abordados por la prensa, que no saldrán en los telediarios, puede haber sido en vano si se lo toman muy a pecho. Para otros, es solo el principio de un camino de grandes retos, o de nunca dejar de creer.
Para Pablo Ibáñez, 12 años se dicen fácil. Llegó al atletismo porque no le gustó a su familia la metodología que impartían en el Mágico González cuando jugaban fútbol, como la gran mayoría de niños.
Tras años de luchar sin ver muchos frutos, comenzó a viajar. Hace diez días, logró la primera medalla de oro en el atletismo en unos Juegos Centroamericanos y del Caribe para El Salvador, y apenas la tercera en la historia tras las de Cristina López, en marcha atlética (2006), y Ana Mercedes Campos, en Jabalina, en los ya lejanos años 50.
Emocionado aún, su electricidad al hablar se percibe desde lejos. Se cuelga la medalla de oro, la que más ha disfrutado, y abre su corazón para platicar de todo con Cancha.
¿Cómo vives este oro a poco más de una semana de haberlo ganado?¿Es como te lo imaginabas?
Sigo sin creerme muchas cosas a pesar de que ya pasó una semana. Realmente no me lo creo, para mí es un sueño haber ganado esta medalla. El área del Caribe en atletismo es algo impresionante, súper complicado, y ganar este evento, y en casa, para mí es un sueño.
Conocías a la mayoría de tus rivales, ¿pero a quién veías más como el que había que vencer?
A casi todos había enfrentado antes, al único que no era al cubano (Yoao Illas), que iba en el carril 8, de ahí a todos. Este cubano va empezando, entonces no lo había visto mucho. Al que más había visto era el tico Gerald (Drummond), el que venía más fuerte, aunque estuvo lesionado hace unas semanas, por eso no vino tan fuerte como siempre. Y a los demás, igual, Juander (Santos), el dominicano, en varias finales de mundial, el mexicano (Guillermo Campos) que quedó segundo, lleva años en el deporte, pero está empezando a despuntar igual que yo.
Tomando en cuenta los tiempos de referencia, siendo sincero,¿ te imaginabas medalla de oro como algo posible? De oro jamás, venía segundo en el ranking, y yo dije, vaya estoy obligado a ganar medalla, venía con esa presión, pero jamás imaginé que de oro, es un sueño que jamás imaginé.
Entonces, ¿el tico era el más fuerte? ¿Quién te sorprendió?
El tico, cuarto del mundo todavía en el ránking con el tiempo que hizo este año, en Costa Rica, compitiendo conmigo de hecho. Juander, que no venía tan fuerte, pero siempre está en los campeonatos importantes, y se pudo ver. El que sí me sorprendió fue el mexicano, veía al tico y a Juander como los más fuertes, pero se pudo meter Guillermo Campos.
Precisamente se saludaron con el mexicano al final, ¿qué se dijeron?
Yo no había escuchado, no había visto que había quedado segundo él; cuando escuché lo fui a abrazar, contento, con él somos más que colegas, hemos compartido, somos amigos. En esto del deporte es muy complicado llegar a ser amigo de tus rivales, pero con él la relación ha sido distinta, somos amigos.
Ibas en el carril 7, ¿qué tanto afecta la visión de campo al no tener panorama claro de dónde van tus rivales?
Hace tres años te hubiera dicho ‘puya el carril 7 es terrible, no ves a la gente’, pero realmente creo que eso me ayudó a hacer mi carrera, no ver a nadie y hacer lo que yo sé hacer. Antes me ponía muy nervioso, me gustaba ver a los demás cómo iban. Yo supe que podía ganar luego de salir de la última curva, ahí supe en los últimos 100. Los empecé a ver literal saliendo de la curva, y tuve un momento de duda al caer de la última valla, yo sentía que ya no me daban las piernas, dije me van a pasar, pero seguí, di lo más que pude, y cuando pasé la meta, un alivio completo.
¿La lluvia afectó?
Nos puso más nerviosos a todos. Yo tengo experiencia entrenando en lluvia, mi entrenadora Sandra Valiente nos dice, a todos los del equipo, siempre que llueve, sigan, porque en la competencia no se sabe qué va a pasar y aquí se pudo ver. A algunos entrenadores no les gusta hacerlo en lluvia, pero mi entrenadora sí, y aquí se pudo ver los frutos de eso.
¿Pero es más riesgo correr así en lluvia, verdad?
Por supuesto, realmente fue algo, lo sufrimos increíble, estábamos en la primera cámara de llamada, son dos, estábamos los 8 reunidos, nerviosos, esperando que nos llamaran por segunda vez y se viene el agua. Vivimos la incertidumbre porque no sabíamos si íbamos a poder correr, los caribeños decían que lo hiciéramos hasta el siguiente día. Yo solo esperando, todos enfriándose, así no se puede competir bien, pero pues, al final dijeron se corre, y ni modo. A prepararse, nos dieron como 5 minutos para medio calentar y bajamos.
¿Esta fue tu mejor carrera?
Fue mi tercera mejor marca, la segunda la hice en la semifinal un día antes, pero mi primera fue en Costa Rica, fue la marca que me ayudó, con la que clasifiqué al Mundial en agosto, 48:56. La marca de Mundial y de Olímpicos es 48:70. Olímpicos no clasificamos porque el periodo justo empieza ahorita, lastimosamente no se pudo dar, ojalá podamos hacerla este año que quedan eventos todavía.
¿Sin la lluvia podías haber mejorado tu mejor marca? La semifinal y final fue casi igual, como por dos centésimas de diferencia. Viendo eso y sintiéndome como me sentí, creo que sí la pude haber mejorado en otras condiciones climáticas.
¿Cómo iniciaste en el deporte, en el fútbol, no, pero lo dejaste?
Me sigue encantando el fútbol, ahí inicié en el deporte, y lo sigo toda la vida. Ahorita porque no están en temporada, pero lo sigo siempre, y empecé aquí en el Mágico en el fútbol, no nos gustó la metodología y mi mamá decidió cambiarnos, probar otra cosa, probamos atletismo, con mi entrenadora actual, yo siempre he estado con ella (Sandra Valiente). Al principio nos costaba. Pasaron dos años que no nos iba bien, y poco a poco fuimos mejorando. Pasaron los años y empezamos a viajar, eso te motiva más. Fui a mi primer mundial tres años después que comencé, tenía 16 años, pero fue súper motivador para mí ese evento, y posteriormente todo fue para arriba.
¿A qué equipo le vas en el fútbol nacional?
De acá a ninguno, no sigo tanto al fútbol nacional, de Europa, al Barcelona.
¿Qué momentos duros recuerdas?
Tuve bajones, en 2021 quería retirarme con lo de los Juegos Olimpicos. Primero la pandemia, se pospusieron, y dije démole, queda un año más, al siguiente año me fracturé el pie, lo que me impidió ir. Yo dije, me voy a retirar, me recuperé de la lesión y volvió a empezar porque no quise dejarlo, es mi forma de vida, es lo que hago, y algo por lo que realmente tengo mucha pasión. Y creo que sin ese suceso no estaría aquí ahora.
¿Por qué pensaste en el retiro?
Tenía 22 casi 23 años, lo que me hizo pensar en retirarme fue la depresión deportiva que pasé. Fue algo impresionante, pasé dos años que, además de sacrificios personales, porque decidí alargar la universidad, llevar menos materias, todas esas cuestiones, dije puya la preparación para nada, llegar a lesionarme y no hacer nada.
Pero al final terminó la lesión, me recuperé, veía a mis hermanos que se iban a entrenar y dije no, tengo que seguir, y así lo retomé. Al siguiente año me volví a lesionar, más o menos grave, tuve una rotura de ligamento cruzado, lo bueno que fue el posterior, no el anterior, por lo tanto no operable, dos meses fuera. Y todas esas cosas me han llevado aquí, tuve que cambiar hábitos, tanto alimenticios, no es que comía mal, pero ahora como mejor, descanso más, ya estoy mucho más enfocado y eso me ha ayudado. Me volvió más fuerte, eso es lo importante, después de una caída uno tiene que levantarse. y no rendirse.
Sabemos que en el deporte salvadoreño el apoyo llega cuando ya hay resultados. ¿Qué tan importante es el apoyo familiar, entonces, para poder volverse un atleta de alto rendimiento y tener los resultados que tú estás dando?
En todo El Salvador, viendo noticias, compartiendo con compañeros del atletismo, todos concluimos en que sin la familia esto no sería posible. Sí, lo económico es fundamental en el deporte, sin eso no podés hacer nada. Por eso muchos en el país se retiran porque ya no hay apoyo. Hoy está cambiando un poco la cosa, pero al final sin el apoyo de tu familia no se puede. En ese sentido es fundamental. Y también el otro, si no tenés el apoyo de ellos, no sólo económico, sino de la otra parte, tampoco. Y con mis hermanos, que son los que están conmigo en el deporte siempre, pues también, a veces sale que uno no quiere entrenar, pero como ves que los otros sí se van, pues ni modo, tenés que ir con ellos o te van a estar molestando. Me ha pasado muchas veces, que yo no quería ir, y si al final no iba me caía, me decían de todo. Y así nos pasa, además de lo bonito que es, nos ayuda a mejorar.
¿Cuándo fue el momento clave en el que dijiste ‘el atletismo es lo mío’?
Pues realmente, creo que después del Mundial, un juvenil, donde clasifiqué a la semifinal, quedé con muy buen tiempo, de hecho es récord nacional, quedé 15, posición súper buena, ahí dije hay que seguir. Justo era la etapa en la que estaba en el colegio pero ya pensaba en la Universidad, y veía a muchos que ya se estaban saliendo, retirando, dedicándose sólo al estudio. Mis papás me decían, hey, ya, dejá eso, ponete a estudiar. Vieron que seguí con el atletismo en la universidad y llevaba esto de la mano, me iba bien, ya no me dijeron nada, me siguieron apoyando. Pero creo que fue el momento, sin eso no hubiera tenido tanta motivación y lo hubiera dejado.
¿Cómo haces con el tiempo para estudiar, trabajar y ser atleta de alto rendimiento?
Mi vida ahora es súper complicada (con el tiempo), estoy trabajando, en una oficina de abogados; lo bueno que mi jefe entiende, de hecho forma parte de la Junta Directiva de la Federación. Yo estaba estudiando, estaba en mi segundo año, tuve una reunión con la Junta, me dijo que si quería hacer una pasantía en su empresa. Yo en su momento dije todavía no, no es tiempo. De hecho para la lesión del pie me cambió el chip, dije vaya voy a empezar a trabajar, hice la pasantía y me quedé. Y a día de hoy me da permiso de entrenar, ya sea en la mañana o en la tarde, y lo demás es la oficina. Ahorita estoy de vacaciones en la Universidad Nacional, ya voy a empezar el ciclo, las últimas materias, son pocas, pero así voy combinando, siempre encuentro el espacio. Para mí realmente yo tengo dos enfoques, el trabajo, por supuesto que tengo una responsabilidad grande. Pero siempre, siempre, trato de dejarle dos horas del día al entreno, siempre, ya sea en la mañana o en la tarde, dependiendo de cómo estén las cosas en la oficina.
¿Cómo afecta, ya de manera negativa o positiva, el deporte en el estudio?
Realmente el deporte me ha ayudado mucho en el estudio porque todo lo tengo que llevar así bien cuadriculado, sino es mentira, no salgo con todo. El año pasado llevaba cinco materias, estaba trabajando tiempo completo y entrenaba, era bien complicado, pero creo que me ha ayudado eso, el no perder el enfoque porque no puedo realmente hacerlo, si lo hago, uno de los tres pilares se va. Entonces, creo que me ha ayudado realmente estar estudiando. Han sido bien accesibles conmigo en ese sentido. Todo se arregla hablando con tiempo, realmente, y mis catedráticos conmigo siempre han sido accesibles.
¿No tienes novia, verdad, no tienes tiempo para eso?
Realmente sí, ahorita sí, y siempre hay tiempo para todo. Yo lo digo, a mí me gusta mucho la fiesta, amo la fiesta, pero hay tiempo para todo. En temporada no puedo salir, no puedo y no lo hago, hasta después.
¿Cambiaron tus proyecciones tras este oro?
De hecho sí, lo había dicho, hace dos años, démosle, sigamos hasta 2024, tratar de cumplir mi sueño, porque es mi sueño ir a Juegos Olímpicos. Después de 2024 nos retiramos. Esta medalla cambió todo, ya me lo habían dicho, pero yo estaba claro que me iba a retirar en 2024, pero con esta medalla cambió todo. Mi plan ahora es hacer un ciclo olímpico más después de este. Y este año voy al Mundial en agosto, de hecho me voy de campamento a finales de julio. Y luego los Juegos Panamericanos.
¿A dónde vas de campamento?
A Países Bajos, me quedo con unos de una agencia, y de ahí me muevo a Bélgica, y otros países que están súper cerca a competir, voy con mi entrenadora. Son competencias europeas, no nacionales, son como fogueos porque todo mundo va a estar en Europa ya que el Mundial será en Budapest, en Hungría, entonces todo mundo estará allá fogueándose para el Mundial.
¿Qué le dice este Pablo que trabaja, estudia, campeón CA y Caribe, tiene novia, se va a graduar de abogado, al Pablito de 12, 14 años que empezaba en el atletismo y dudaba de todo?
Que no se rinda realmente, ese ha sido mi lema, ese ha sido el mensaje de motivación que he podido dar porque es lo que yo he vivido, después de algo tan fuerte, tan duro para uno mismo, realmente no hay que rendirse, hay que darlo todo. Si no se puede, pues nuevamente hay que seguirlo intentando, y así algún día va a llegar lo que tanto queremos, y si no llega, al menos no te quedás con eso que no lo intentaste, porque si no lo intentamos, después viene el arrepentimiento.
¿Te sientes modelo para la juventud salvadoreña?
A mí me lo han dicho mucho, no lo creo, que lo soy. Eso conlleva muchas cosas, pero creo que viéndolo ya tranquilo, desde una perspectiva desde afuera, no tanto de mí, pues creo que sí, y eso realmente es un honor.
¿Cuando ves esta pista, este estadio…?
Es una locura, yo la vi deteriorándose, es mi casa pues, pero la vi poco a poco yendo a pero hoy es impresionante. Un estadio como este sólo lo he visto en Europa, en Estados Unidos, esos países. Es un nivel impresionante, y verlo lleno, todas estas gradas, es algo que nunca pensé vivir en casa. Yo lo había vivido en otros países, pero aquí nunca pensé vivirlo, y de verdad es un recuerdo que no va a morir nunca. Estaban todos aquí, mis padres, mis hermanos, mis amigos, todo mundo, a pesar de la lluvia. Se refugiaron como pudieron, me vieron salir, yo vi todo esto vacío cuando salí, iba por casi llegando a la salida, y todos salieron, para mí fue algo impresionante.
¿Cuáles fueron las primeras palabras de tus padres en el estadio?
No los pude ver, di unas cuantas entrevistas y luego me llamaron para dopaje, y cuando te agarran no podés hacer nada hasta que des la muestra. Entonces no pude verlos porque cuando salí ya no había nadie en el estadio, ya era un poco tarde (10 de la noche pasadas), tuve que hablarle a mi papá, me costó un poco dar la muestra.
Luego hablé con mis padres, llorando, increíble. A mi entrenadora sí la pude ver, igual llorando, todos súper contentos.
¿Ha sido este oro la experiencia más gratificante de tu carrera o hubo otra?
No, por supuesto que esta, yo había dicho que Cali (Mundial juvenil) para mí había sido la mejor, luego Barranquilla, pero nada supera esto, que haya ganado en casa una medalla, con mi familia, con mis amigos, nada creo que nada va a superar esto nunca.
¿Qué mensaje le das a la juventud salvadoreña?
Que no se rindan, y que hagan deporte, sea el que sea, si no te gusta el atletismo, el basket, encontrá tu deporte y enfocate ahí, porque no te imaginás cuántas puertas abre. Y poco a poco van a ir llegando las cosas.