“No debe quedar impune esta muerte”, comentó una fuente ligada al caso. “Hemos hecho, a lo lago de estos años todo para resolver el crimen”, relató.
Y así, María Magdalena fue detenida, pero no por el asesinato de su padre, sino por el régimen de excepción y sus vínculos con la pandilla MS-13. María Magdalena, según su ficha policial, es mujer de un cabecilla MS-13 de alias Diabólico, de acuerdo con las investigaciones.
Fue detenida en su lugar de trabajo, una fábrica (maquila) en el departamento de La Libertad, por investigadores que retomaron el caso, que no había avanzado en manos de otros investigadores.
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Con el panorama más claro, y con más evidencias y testigos, la fiscalía ahora ha acusado a María Magdalena por el delito de homicidio agravado en prejuicio de su padre. Las primeras semanas de junio se desarrolló la audiencia inicial en un juzgado de El Paraíso, Chalatenango, donde le decretaron una nueva detención provisional, y ya había sido intimada en el penal donde se encuentra guardando prisión.
Eso significa que de ser encontrada culpable, podría tener una condena de 18 años por agrupaciones ilícitas y 30 años por homicidio agravado.
Ambos procesos judiciales siguen en curso.
Hay un poco de satisfacción en la familia de Ricardo Ottoniel, ya que consideran que la justicia está cerca para el asesinato del empresario de buses de la ruta 168 de Quezaltepeque, el ciudadano salvadoreño-canadiense, que había buscado sobrevivir a la guerra salvadoreña mediante el exilio en Canadá.