Me gustó esta expresión: “El ciudadano es el último responsable”… Se refiere, a que a partir del 5 de julio deja de ser obligatorio el uso de la mascarilla en España, porque para esa fecha, se dio por terminada la crisis del covid 19… Y después de explicar, dónde seguirá siendo un requerimiento, y dónde no, es que aparece, “El ciudadano es el último responsable”… Por ejemplo, si siente algún síntoma de una enfermedad contagiosa, responsablemente, debe utilizar mascarilla para evitar contaminar a otros. O bien, cuando entra algún lugar, donde hay riesgos de contagio, también, bajo su responsabilidad y por precaución, debe utilizarla.
Pero eso de que “los ciudadanos somos los últimos responsables”, y lo digo, incluyéndome, lo somos, no solo con el uso de la mascarilla, sino de todo lo que pasa en nuestro país.
Y se debe aplicar a todos, independientemente, en cuál de los estamentos de la pirámide social nos encontramos, o a que nos dedicamos.
En mi camino al gimnasio, de un kilómetro y medio ida y regreso, que podría ir en mi carro, decido como “ciudadano último responsable”, caminar y evito la contaminación de por lo menos 30 kilómetros al mes.
Y en el camino, encuentro a varias señoras empleadas de la alcaldía que, como “últimos ciudadano responsable”, barren muy bien la calle. Y saludo a los señores vigilantes de la fiscalía, que como “últimos ciudadano responsables”, vigilan y controlan la entrada de la institución.
Y aquí me permito preguntar: ¿Y usted como, “ciudadano último responsable”, de lo que hace o se dedica, cumple con todos los requerimientos del cargo o del empleo, como obrero, supervisor, gerente, director o presidente de una organización?
Si todos como “ciudadanos últimos responsables”, cumplimos a cabalidad lo que hacemos, y por el bien común, las cosas irán mejor, pues cualquier cosa que hacemos, tiene efectos directos o indirectos, en mucho o en poco, en nuestro entorno.
Si como “ciudadanos últimos responsables”, respetamos las leyes, a las personas, a los vecinos, a los miembros de las iglesias, a la policía y al ejército, o bien, desde su cargo en una empresa, respeta a los empleados, sus clientes y proveedores, tendremos una mejor calidad de vida.
Entonces, es de nosotros como, “ciudadanos últimos responsables”, que depende cómo está nuestra casa, nuestra empresa y nuestro país.
Y principalmente, cómo y dónde estamos cada uno, que consciente o inconscientemente, hemos decidido estar. Y esto me da la pauta para pensar, que el éxito de cada uno, poco o mucho, es por su propia decisión como “ciudadano último responsable” de sí mismo.
Entonces se debe dejar de pensar, en el destino, la voluntad de Dios, o que las cosas provienen del “Big Bang”.
Cada uno, como “ciudadano último responsable” se debe hacer cargo de su situación. También, cada uno como, “ciudadano último responsable”, es quien decide, si emular a alguien que da mal ejemplo, o bien a alguien, que da buen ejemplo. Y aquí, en nuestro querido país, en casi todas las cosas que definen nuestra cultura, debemos reorientar, nuestros hábitos, pues tenemos, más malos que buenos ejemplos.
Esto, de que el uso de la mascarilla, queda en manos del “ciudadano como último responsable”, quizás es “la iluminación” que faltaba para ordenar muchas cosas, en la casa, la vecindad, las empresas y el país.
Pues sí, es muy conveniente que revisemos nuestras conductas, y sabiendo cuáles son los buenos hábitos correspondientes, voluntariamente, como “ciudadanos últimos responsables”, lo apliquemos y los enseñemos a los jóvenes y a los niños, para tener una nueva generación de personas que entiendan y asuman su rol, como “ciudadanos últimos responsables”, de su futuro.
Pedro Roque/ pedroroque.net
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