La desaceleración económica que está experimentando el país desde hace algunos trimestres ha comenzado a notarse ya en indicadores importantes como lo es el empleo, principalmente, del sector de la industria salvadoreña.
Según los datos oficiales que publica regularmente el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), entre marzo de 2022 y marzo de 2023 (según la información más reciente y actualizada) el rubro de la industria perdió hasta 9,288 puestos de trabajo, pues según las estadísticas de patronos y trabajadores reportados, a ese mes se registraron 189,553 empleados en planilla.
Esta cifra es menor a la que registró esa institución en su Informe de Coyuntura de julio del año pasado, en el cual señaló que a marzo de 2022 había hasta 198,841 trabajadores en planilla solo en las empresas del rubro industrial.
Esta tendencia ya había sido señalada por la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) en un informe publicado en abril, el cual analizaba la situación del sector y su relación con los demás indicadores económicos, tanto a nivel local como en el plano internacional.
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En ese informe, la ASI reportaba hasta 6,579 empleos perdidos entre enero de 2022 y enero de 2023 por lo que esa pérdida se ha ido ampliando en los últimos meses.
En esa ocasión, la ASI señaló que no descartaba que una posible causa podría ser que muchos trabajadores del sector se habrían cambiado de rubro, no obstante, también hizo alusión al contexto internacional, lo que incluye una baja en los niveles de exportación y la misma inflación, algo que podría haber provocado que las empresas revisaran sus costos de producción.
Sin embargo, economistas consultados por El Diario de Hoy apuntan que otras variables que podrían haber incidido en esa pérdida de empleos en la industria podrían ser la contracción de la actividad económica o los flujos negativos en Inversión Extranjera Directa (IED) registrados hacia finales del 2022.
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En este sentido, el economista e investigador de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), Rommel Rodríguez, señala que esta situación tiene mucho que ver con “cómo se ha venido comportando el dinamismo del sector de la industria a través de un indicador como lo es el Índice de Volumen de la Actividad Económica (IVAE)”.
Si bien es cierto, este indicador no necesariamente refleja el crecimiento o la disminución del Producto Interno Bruto (PIB), sí refleja el comportamiento y la tendencia que tienen los distintos sectores de la economía, y solo para el sector industrial, la tendencia ha sido negativa en los primeros meses del año.
Según los datos del Banco Central de Reserva (BCR) la actividad industrial, dada por el Índice de Producción Industrial (IPI), ha tenido números difíciles desde finales del año pasado, pues de haber mostrado un crecimiento anual del 1.7% en octubre, pasó a -2.3% en noviembre y luego cayó a -3.4% en diciembre.
En enero, los números no mejoraron, y ese indicador mostró una caída de hasta -4.3%, aunque en febrero se recuperó levemente hasta los -3.1% y, ya para marzo, el dato mejoró pues reflejó un crecimiento interanual del 2.8% con respecto a marzo de 2022.
Debido a este comportamiento del IVAE, la ASI señaló en su informe de abril que “es importante estimular el sector a través de la innovación y el uso de nuevas tecnologías”, esto como una forma de impulsar el crecimiento del sector.
Por otro lado, y con respecto los números negativos con los que cerró la IED en 2022 (-$99.1 millones, según el BCR), el economista e investigador de la Universidad Francisco Gavidia, Claudio De Rosa, apunta que estos datos podrían influir en esa pérdida de empleos en la industria.
De Rosa, aunque coincide con Rodríguez en que el origen principal de la situación es que “hay indicios de menor actividad económica”, explica que “cuando hay menor inversión extranjera directa hay menor crecimiento económico, lo que equivale a una baja creación de empleos formales”.
En este sentido, esta pérdida de empleos en la industria, no necesariamente significa que el sector privado esté perdiendo empleos, pues, de hecho, los empleos sí han aumentado en el último año pero a un ritmo que no logra recoger a toda la población económicamente activa que se suma todos los años, según los datos del ISSS y de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples del año pasado.
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Por su parte, Rodríguez insiste en que “la caída de la IED puede tener peso en la caída de los empleos, pero por el peso que tiene la industria en el PIB trimestral y en el IVAE, es más probable que sea por la reducción en la actividad económica local”, algo producto de varios factores, incluyendo en el plano internacional.
Según la ASI, algunos factores que añaden perturbaciones al sector industrial son: Problemas en la cadena de suministros, inflación y aumento de precios de las materias primas, las condiciones climáticas variables y otras situaciones como las tensiones geopolíticas, por ejemplo, la guerra en Ucrania.
La industria es de las que más generan empleos
Algo de lo que sí puede presumir el sector industrial es que, dentro de todo el sector privado, que es el principal generador de empleos en el país, las empresas mantienen empleados en el país, solo superado por otro fuerte sector como lo es el del comercio, incluidos los restaurantes u hoteles.
Solo la industria, según el ISSS, aportó hasta 189,553 empleos a marzo, mientras que los comercios acumularon hasta 237,325. Por su parte, sectores como el de las actividades profesionales o el de servicios, aportaron hasta 158,237 y 75,604 trabajadores, respectivamente, según los datos más actualizados del ISSS.
De acuerdo con la Asociación Salvadoreña de Industriales, las empresas del sector industrial también aportaron hasta un 15.5% del PIB total que alcanzó el país en 2022, el cual ascendió a unos $32,488.7 millones.