El palacio de Buckingham ha confirmado que el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle han desalojado por completo la finca de Frogmore Cottage, una propiedad que la fallecida Isabel II les cedió para su uso y disfrute tras su boda en mayo de 2018.
En febrero pasado, los duques de Sussex, que ahora residen en Miami, recibieron un aviso de la casa real donde se les informó que tenían que abandonar el inmueble. Tal decisión correspondía al deseo del rey Carlos II de reducir el presupuesto que la monarquía destinaba a las necesidades de alojamiento de sus miembros. Con esta disposición también se vio afectado el príncipe Andrés, el polémico hermano del monarca, quien fue desalojado de la lujosa vivienda en la que residía en los terrenos del castillo de Windsor.
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Sir Michael Stevens, gestor del 'Privy Purse' -fondo que reúne los ingresos de la monarquía procedentes de sus actividades privadas- ha explicado en una comparecencia sobre las cuentas de la institución que los duques de Sussex han dejado la mansión en un estado significativamente mejor que como la encontraron.
"Los duques pagaron por los gastos en que incurrió el 'Sovereign Grant' con su renovación, devolviendo a la Corona un bien inmueble claramente mejorado", ha expresado Stevens.
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Dicho gestor no brindó más detalles sobre el proceso de desalojo ni tampoco reveló quiénes serán los nuevos inquilinos de la finca.
"No entraremos en detalles sobre los preparativos", ha indicado antes de rechazar cualquier pregunta sobre el futuro inmediato de la propiedad: "Nada que añadir a ese respecto".
Hace algunas semanas corrió el rumor de que el príncipe Andrés podría residir en la mansión tras la salida de su sobrino. Al parecer esto no se hará realidad, debido a que el rey Carlos III ha decidido mantener alejados a sus familiares más controvertidos.