Son 42 años en los que don Bartolo Hernández se ha dedicado a la venta de vidrios, así como a la instalación y reparación de ventanas. Es originario del municipio de Pasaquina, departamento de La Unión, pero ya tiene 20 años de residir en San Miguel.
“Muchas personas me han apoyado porque les ha gustado mi forma de trabajar, además ellos dan fe de que soy responsable, honesto, honrado muy respetuoso y fiel creyente de Dios. Por eso le pido todos los días antes de salir de mi casa que me bendiga con trabajito para poder comer el día a dia”, comenta.
Relata que engendró 10 hijos, ocho de ellos aún viven y dos murieron. Dice que les orientó en la vida y les apoyó para que se convirtieran en personas de bien. Algunos de sus hijos son técnicos, otros profesionales en sus diferentes ocupaciones, y es algo de lo que se siente agradecido. A pesar de las dificultades, el trabajo no le faltó y ver a sus hijos con sus vidas realizadas es su recompensa.
“Yo aprendí desde muy joven el oficio, y me dediqué a esto en vista de la falta de oportunidades laborales en este país, pero gracias a Dios pude desarrollar este talento, de lo que he vivido todos estos años y así he logrado criar a todos mis hijos”, agregó don Bartolo.
En su oficio, carga con el peso de los vidrios y de su bolso de trabajo, pero también la necesidad de generar ingresos lo motiva para tomar fuerzas y salir a trabajar.
Don Bartolo comenta que en su trabajo también ha tenido malas experiencias.
Por ejemplo, ha sido víctima de insultos algunos habitantes que se molestan por su singular forma promover su venta en las calles.
Explicó que la remuneración es poca, pero muchas personas al ver su necesidad le regalan a veces el almuerzo, o le comparten agua.
A sus 63 años considera que la vida es un regalo y aunque las puertas del empleo formal a él se le cerraron, encontró una oficio y se ganó el cariño de su clientela, al popularizarse como “el señor de los vidrios”.
Don Bartolo ha trabajado también otros departamentos con su icónica frase: “Va a querer los vidrios, le traigo los vidrios, con descuento con toda honradez, capacidad y garantía de mi trabajo”.