Ciudadanos magistrados:
Digo “Tribunal Electoral’, porque todavía ustedes no han comprobado que sea “Supremo”. Para tener esta categoría de máxima autoridad en asuntos electorales, ustedes tendrían que declarar inaplicable para las elecciones del 2024 las reformas que el presidente ha planteado para cambiar el número de municipios y el número de diputados. A esta altura del calendario electoral es imposible garantizar una elección legislativa y municipal limpia si se cambian las reglas..
¿Tienen la competencia legal para hacer esto? Por supuesto, siempre cuando asuman su función como máxima autoridad sobre las elecciones. No sólo tienen la competencia, tienen el deber de parar esta locura. No pueden parar a la Asamblea, la cual va a cumplir las ordenes del presidente de manera inmediata. Va a aprobar las reformas y reducir el número de los municipios a 44 y de los diputados a 60. La Sala de lo Constitucional los podría parar, pero ya sabemos que no lo hará. Los cinco magistrados impuestos de esta Sala no tienen la independencia para hacerlo. Pero en el caso de ustedes, esto está todavía por comprobar. Hoy o nunca...
Argumentos legales hay de sobra. Cumpliendo con el calendario electoral establecido por el TSE, que tiene fuerza de ley, los partidos han inscrito en sus elecciones internas, que son obligatorias, los precandidatos para 84 diputaciones – y no para los 60. Y están inscribiendo los precandidatos para 262 alcaldes, síndicos y consejos municipales – no para 44.
Su propia presidenta Dora Esmeralda Martínez recordó ayer a los partidos que el plazo para terminar el proceso interno de elección de candidatos vence en un mes, el 5 de julio. La única manera de cumplirlo es que los partidos sigan las reglas establecidas por el TSE. Y las reglas establecidas dicen que va a haber planillas para 84 diputados y concejos municipales para 262 municipios. Y así tienen que ejecutarse las elecciones en el 2024. No hay alternativa.
En el fondo la cosa es bien simple: Cualquiera entiende que las reglas del juego no se pueden cambiar una vez que se abrió la competencia. Esto es válido para un torneo de fútbol infantil, para la Liga de Campeones – y para elecciones democráticas. Quien lo trate de hacer, lo hace con malas intenciones y para conseguir ventaja.
¿Qué va a pasar si ustedes declaran inaplicable la reducción de diputados y alcaldes que pretende aprobar la Asamblea? Hay dos opciones para esta caso: Que se abstengan a hacer las reformas de esta manera improvisada, inconsulta y golpeada. Esto sería lo ideal, porque daría tiempo de abrir los análisis, estudios y discusiones necesarias para unas reformas tan importantes. Dudo que esto va pasar, ya que el presidente ya habló, y para sus diputados esta es la ley. El presidente mismo no va a recapacitar, ya ha mostrado que esto no cabe en su ADN autoritario.
La otra opción sería que la Asamblea apruebe esta reforma de todos modos. Pero si ustedes la declaran inaplicable para el proceso electoral en curso, los diputados tendrán que incluir un régimen de transición, que acepta que en el 2024 se elegirán 84 diputados y alcaldes y concejos en 262 municipios, y que en el transcurso de los siguientes tres años se ejecute la transición a un número reducido de municipios, para los cuales se elegirán alcaldes y concejos en el año 2027.
Esta es la forma ordenada y gradual en la cual hay que proceder – y ustedes son los únicos que pueden conseguir que así sea, parando esta locura disruptiva al proceso electoral. Asuman la autoridad, que la Constitución les otorga. Porque se les otorga como un deber, no como una opción.
Si no actúan, no habrá elecciones legítimas en el 2024.
Saludos,
Paolo Lüers