Nayib Bukele es uno de los políticos más contradictorios del siglo XXI:pasó de rechazar y condenar la reelección presidencial a reelegirse en un segundo mandato, sobrepasando la Constitución de la República que textualmente prohíbe y castiga a todo aquel ciudadano o funcionario que la promueva. En cuatro años de Bukele, El Salvador retrocedió en materia de Estado Derecho, la débil e incipiente democracia que costó miles de vidas está en grave peligro, pareciera que la República es solo parte del nombre de nuestro país, en el cual el poder público está controlado por un solo hombre que dicta quiénes deben ir presos y quiénes son inocentes, con facultades de un Rey y no de un presidente.
El imperio de la Ley ya no es funcional en El Salvador. Aquí el sistema se pone en función de “lo que diga mi presidente Bukele”, sin duda, una dictadura que ha copiado un poco de Ortega, Maduro y los Castro; eso es el bukelismo, un sistema político autoritario, donde la libertad de expresión y prensa son pisoteados por el aparato propagandístico oficialista.
“En las elecciones del 2024 hay que quitarle un poco de poder en la Asamblea Legislativa”, o “La gente ya entendió que hay que hacer un balance de poder en la Asamblea Legislativa” son comentarios conformistas de la oposición partidaria en El Salvador. Lo que no se ponen a pensar es que las reglas del juego para las elecciones 2024 no están claras por la manipulación del bukelismo y esta situación podría restarle a la oposición que está jugando en desigualdad, sin recursos humanos y económicos para enfrentar la voracidad del Estado a favor del oficialismo.
Han olvidado que después del 2024 y con Bukele en un segundo mandato presidencial, todas las opciones democráticas estarán agotadas, no habrá más oportunidad de elecciones libres, transparentes y democráticas.
El bukelismo representa lo más negativo de la política salvadoreña con grandes errores en la gestión de la cosa pública, sin transparencia y con graves acusaciones de corrupción sobre su espalda. Hay más gente pobre, sin oportunidades de empleo, con escuelas abandonadas y una evidente deficiencia en salud pública.
Se preguntarán: ¿Este está hablando de abandono de la educación y le han dado tablets y computadoras a los niños?, es válida la pregunta, pero les cuento que en el Complejo Educativo República de Haití de Sonsonate atienden a 1498 estudiantes de lunes a viernes y solo tienen disponibles seis baños, de 60 con los que cuenta la institución, porque los otros 54 están colapsados y los drenajes ya no funcionan y están esperando que los reparen desde pandemia.
Estoy criticando al sistema de salud pública porque, por ejemplo, en Sonsonate, en el Seguro Social no hay ningún urólogo, solo hay dos ortopedas y un oftalmólogo para atender a miles de pacientes asegurados, porque en el Hospital Jorge Mazzini Villacorta no tienen una máquina digna para Rayos X y porque los pacientes renales de todo occidente tienen que ir hasta Santa Ana dos veces por semana para realizarse las diálisis o hemodiálisis.
Eso representa el bukelismo, deficiencia y falta de oportunidades en El Salvador, toda su narrativa gira alrededor de la necesidad de reelegir a Nayib Bukele porque aparentemente “terminó con la delincuencia”, y por eso la gente tiene que votar por él. Sin embargo, no es del todo cierto porque hasta antes del 27 de marzo de 2022, el día más sangriento en la historia reciente de nuestro país, día en que las pandillas asesinaran a 62 salvadoreños en menos de 24 horas, probando que el Plan Control Territorial solo era un hashtag de Twitter para generar tendencias y un despilfarro de cientos de millones de dólares sin rendir cuentas a nadie.
“Si no gana Nayib las elecciones presidenciales, la oposición va a sacar a todos los mareros de la cárcel”… este discurso oficialista me hace recordar cuando el FMLN en las elecciones del 2014 aseguraba que de ganar ARENA las elecciones presidenciales ya no darían los paquetes escolares y el vaso de leche en las escuelas. Al final, el tiempo demostró que el vaso de leche y la alimentación escolar lo quitó la gestión de Bukele. El tiempo está mostrando que el slogan “el dinero alcanza cuando nadie roba” solo es una idea para pescar bobos, ¡ups, perdón para ganar votos!, porque desde el 1 de junio de 2019 a la fecha, el dinero ya no alcanza ¿Será que lo están robando?
Periodista y Licenciado en Ciencias Jurídicas.