La policía de Nicaragua informó este jueves que detuvo a un sacerdote en "actitud sospechosa" en una carretera del norte del país y dijo que lo investiga por cargos contra "la independencia, la soberanía, y la autodeterminación de la nación".
El sacerdote detenido, Jaime Iván Montesinos Sauceda, de 61 años, es párroco de la Iglesia "Juan Pablo Segundo" de Sébaco, departamento de Matagalpa, una diócesis que administró hasta el año pasado el obispo Rolando Álvarez.
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En febrero, un tribunal condenó al obispo Álvarez a 26 años de prisión, un día después de que rechazara irse a Estados Unidos con otros 222 opositores excarcelados y expulsados del país por el gobierno de Daniel Ortega.
El hombre "se encontraba en actitud sospechosa, en estado de ebriedad y en compañía de una joven" en una camioneta estacionada en la carretera del vecino departamento de Boaco, el pasado martes, según un comunicado de prensa oficial.
"La Policía Nacional investiga al sacerdote Jaime Iván Montesinos Sauceda, por cometer actos que menoscaban la independencia, la soberanía, y la autodeterminación de la nación" según la ley 1055, añadió la nota sin dar detalles.
La diócesis de Estelí, también en el norte, dijo esta semana que por medida policial, otros dos sacerdotes estaban en una casa religiosa en Managua "mientras transcurre un tiempo de investigación sobre asuntos administrativos de la extinta Caritas Diocesana" cerrada el 2022.
Nicaragua endureció sus leyes y controles sobre opositores tras las protestas de 2018 contra el gobierno de Ortega, en el poder desde 2007 y reelegido sucesivamente en elecciones cuestionadas por la oposición.
Organismos internacionales han denunciado al gobierno de Ortega por sus medidas contra los opositores, entre las que se encuentran expatriaciones, despojar de su nacionalidad a dirigentes, impedir el ingreso de críticos y proscribir a miles de organizaciones privadas y religiosas.
Estados Unidos y la Unión Europea mantienen sanciones contra el gobierno de Nicaragua.
Las protestas de 2018 se extendieron por al menos tres meses en distintas zonas de Nicaragua, con bloqueos de carreteras, así como choques entre manifestantes opositores y oficialistas que dejaron más de 300 muertos, según la ONU.
El gobierno consideró las protestas como un intento de golpe de Estado promovido por Estados Unidos, mientras organismos internacionales acusaron al gobierno de impulsar una represión contra la oposición.