De acuerdo con los datos del Banco Central de Reserva (BCR), la participación de las remesas a través de criptomonedas, como el Bitcoin, ocupa un porcentaje muy bajo dentro del total de dinero que los salvadoreños de la diáspora envían mensualmente al país.
Cuando el gobierno de Nayib Bukele decidió impulsar la implementación de la Ley Bitcoin en El Salvador, uno de los principales argumentos del mandatario fue que, con este marco legal, paralelo a la creación de la plataforma Chivo Wallet, los salvadoreños que viven fuera del país podrían enviar de mejor manera las remesas a sus familiares en el país.
Sin embargo, los datos del Banco Central de Reserva (BCR), que publicó recientemente el balance sobre las remesas familiares a marzo de este año, arrojan que la diáspora salvadoreña, simplemente, no utiliza la billetera estatal, al menos no la mayoría.
Para poner en perspectiva, durante los primeros meses del año (enero, febrero y marzo) el total de remesas que entraron al país alcanzó la cifra de hasta $1,912.7 millones, de los cuales solo $24.5 millones ingresaron por medio de billeteras digitales.
Pese a que el informe del BCR no hace mención específica a Chivo Wallet, esta plataforma fue promovida a inicios de la entrada en vigencia de la Ley Bitcoin como un mecanismo que les permitiría a los salvadoreños en el exterior enviar remesas sin pagar las comisiones que, por ejemplo, cobran los canales tradicionales, ya sea la banca o las empresas remesadoras, por lo que los datos de la institución estarían haciendo referencia, precisamente, a la billetera estatal.
En este sentido, esos $24.5 millones que ingresaron al país en concepto de remesas a través de la Chivo Wallet representan solo un 1.28% del total, lo que se traduce en que la diáspora sigue prefiriendo enviar su dinero a través de los mecanismos más comunes a pesar de los beneficios que, supuestamente, ofrece la billetera Chivo.
¿Pero cómo podría explicarse esto? Anteriormente, economistas y expertos en informática han señalado que las constantes fallas que presentó la billetera estatal a escasos días de su lanzamiento en 2021, pudo haber sido un factor determinante para definir cómo sería recibida por la población.
Algunas de esas fallas incluyeron la suplantación de identidad a través del uso sin autorización de los números de DUI de miles de salvadoreños, una situación que fue documentada por organizaciones como Cristosal, la cual ha presentado varios avisos ante la Fiscalía General de la República (FGR), para que investigue los casos.
Asimismo, la pérdida súbita de fondos que se presentó en su momento o la propia volatilidad del Bitcoin, también podrían haber influido en la decisión de los salvadoreños en el exterior que optaron por seguir pagando las comisiones en los canales tradicionales con la garantía de que las remesas que envían no corren riesgo de perderse.
El envío de remesas vía Bitcoin nunca logró despuntar entre los volúmenes totales de remesas, pues el porcentaje de participación en los valores de estos ingresos de dinero, nunca sobrepasó el 3%.
De hecho, en términos monetarios, entre marzo de 2022 y marzo de 2023, la cifra más alta que se recibió fue de hasta $12.56 millones en mayo del año pasado, un monto que a la fecha ya no se pudo superar en el último año.
Por el contrario, más que superar esa cifra, el ingreso de remesas por medio de billeteras digitales ha presentado una disminución en los primeros tres meses de 2023, pues en todo el año pasado, el promedio de ingreso mensual fue de unos $8.93 millones, mientras que a marzo de este año el promedio se sitúa en $8.17 millones.
Este dato, además de reflejar el poco uso que le da la diáspora salvadoreña a esta herramienta, también representa una realidad de índole más macroeconómica, es decir, la desaceleración que está experimentando la economía en Estados Unidos.
Según el dato más reciente, divulgado ayer por el Departamento de Comercio de ese país, el Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense tuvo una importante reducción en el primer trimestre del año, lo que quiere decir que la economía creció menos que en el trimestre anterior, una situación ocasionada por las subidas en las tasas de interés que ha venido aplicando la Reserva Federal (FED, banco central) de Estados Unidos para disminuir el impacto de la inflación que se mantiene alta.
Debido a que en esa nación es donde reside la mayoría de los salvadoreños que envían remesas, el panorama económico afecta directamente al flujo de remesas que entra al país, pues de acuerdo a los análisis realizados por economistas, el freno económico que se está dando en ese país reduce la capacidad para generar ingresos que tienen los connacionales en territorio estadounidense.
De hecho, los propios datos del BCR apuntan que el ritmo en el crecimiento de las remesas que entran al país ha caído en 2023, pues al comparar los datos de enero-marzo de este año con el mismo período de 2022, es posible ver que el ritmo cayó desde un 6.4% hasta un 4.8%.
Este porcentaje en el crecimiento de las remesas para este año es menor, incluso que el porcentaje de crecimiento de años como 2018 y 2019, cuando se situó en 5.4% y 5.7%, respectivamente.
San Salvador, el que más remesas recibe
Uno de los datos que no ha cambiado dentro del informe del BCR es que San Salvador sigue siendo el municipio que más remesas recibe en el país, con un total de hasta $202 millones solo en los primeros tres meses del año.
A este municipio se le suman otros como San Miguel y Santa Ana, cabeceras de los departamentos del mismo nombre, y los cuales recibieron en el mismo período los montos de hasta $120.2 millones y $69.3 millones, respectivamente.
Dentro de los diez principales municipios que reciben altos volúmenes de remesas están, además, municipios como Usulután, con $45 millones; Soyapango, con $43.3 millones; Sonsonate, con $38.9 millones; e Ilobasco, con $35.6 millones en tres meses.
De acuerdo con el BCR, en este primer trimestre, la cantidad de operaciones realizadas para enviar estas remesas asciende a unas 5.8 millones, de las cuales solo unas 100,000 corresponde a operaciones para envío a través de billeteras virtuales como Chivo Wallet.