Israel conmemora el Día de la Independencia, que este año celebra el 75º. aniversario de la fundación del Estado en 1948.
Después del Día de los Caídos, una jornada de duelo por los soldados muertos en combate y víctimas de ataques, al caer la noche el luto se convierte en fiesta y la música vuelve a las calles de Israel hasta mañana, cuando tiene lugar la tradicional exhibición de la Fuerza Aérea y las playas y parques nacionales se inundan de gente que celebran el cumpleaños de su país con picnics y barbacoas.
El Día de la Independencia conmemora, según el calendario hebreo, el nacimiento de Israel como hogar del pueblo judío tras el Holocausto, algo que en el Calendario Gregoriano ocurrió el 14 de mayo de 1948.
El pistoletazo de las celebraciones es un acto oficial en Jerusalén que marca la transición del luto a la fiesta con el tradicional encendido de doce antorchas, seguido de marchas militares, actuaciones musicales, bailes y discursos.
VER: Israel conmemora a Caídos e Independencia
"Desde que se creó el Estado de Israel, muchos milagros han ocurrido en los últimos 75 años. Resurgimos de las cenizas del Holocausto hacia la resurrección. Como una nación unida ganamos las guerras de este país; absorbimos millones olim (inmigrantes judíos); establecimos una industria global y una gloriosa economía libre; y firmamos históricos acuerdos de paz con Egipto, Jordania, Emiratos, Baréin, Sudán y Marruecos", resumió el primer ministro Benjamín Netanyahu.
El primer ministro también se refirió a "los milagros pendientes" para Israel en los siguientes 75 años de historia: "reforzar nuestra seguridad, impulsar la economía, y expandir el círculo de la paz alrededor de nosotros".
El rabino Leo Dee, quien perdió a su esposa y dos hijas en un ataque palestino a Cisjordania ocupada a principios de mes, abrió la ceremonia recitando Yizkor, una oración de duelo judía; seguido de encendido de las antorchas, una tradición que se remonta a 1949 cuando militares y líderes políticos visitaron con antorchas la tumba de Theodor Herzl, padre del sionismo.
Doce personas, distinguidas en diferentes ámbitos como la cultura, la religión, la filantropía o el deporte, encendieron las antorchas, simbolizando las Doce Tribus de Israel.
En su 75o. aniversario, Israel supera los 9,7 millones de habitantes -de los que 73,5 % son judíos, 21 % árabes y 5,5 % pertenecen a otras etnias como los drusos o etíopes-, frente a su población de 800.000 personas cuando David Ben Gurión declaró la independencia.
Desde la fundación del Estado, más de 3,3 millones de inmigrantes han llegado a Israel, alrededor de 1,5 millones de ellos (el 43 %) lo hizo después de 1990, y la gran mayoría son judíos, con base en la Ley de Retorno, que permite instalarse a cualquier persona con raíces judías según el proceso de migratorio conocido como aliá.
El país acoge al 46 % de la población judía total del mundo y, hoy, casi el 80 % de los judíos israelíes son "sabras", es decir, nacidos en Israel, según los datos del Centro Nacional de Estadísticas publicados hoy.
En 2030, se espera que la población de Israel llegue a 11,1 millones.
La Independencia
El 14 de mayo de 1948 David Ben Gurión, presidente del Consejo Nacional Judío, proclamó el nacimiento del Estado de Israel desde el Museo de Arte de Tel Aviv, en el momento en que expiraba el mandato británico sobre la zona.
Ben Gurión, que excepcionalmente lució corbata, mostró en medio de un silencio espectral un pergamino enrollado que contenía la Declaración de Independencia.
"La tierra de Israel es el lugar donde nació el pueblo judío (...) Frente al exilio, el pueblo judío permaneció fiel a la tierra de Israel en todos los países donde fue dispersado, no dejando nunca de rezar y de esperar a poder volver para restablecer su libertad nacional".
"Nosotros, los miembros del Consejo Nacional, en representación de la comunidad judía de Palestina y del movimiento sionista mundial, reunidos en una asamblea solemne hoy, el día del fin del mandato británico (...) en conformidad con la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamamos la creación del Estado Judío de Palestina que tendrá como nombre Israel", dijo en voz alta.
La sala, donde había sólo 200 personas, estaba decorada con un retrato de Theodor Herzl y con una pintura de Chagall llamada "Judíos sosteniendo las tablas de la ley".
La orquesta filarmónica de Tel Aviv se ubicó en un balcón. Los técnicos de la radio se apresuraron a montar un estudio improvisado.
Toda la asistencia se levantó de sus asientos y entonó, acompañada por la orquesta, los tonos graves de la Hatikvah (La Esperanza), el himno nacional.
"Mazel tov, Israel" (buena suerte, Israel), murmuró Golda Meir, una fiel escudera de Ben Gurión.
Entonces, cada miembro del Consejo fue invitado a poner su firma en el documento de independencia, un pergamino virgen con un texto mecanografiado grapado, debido a la falta de tiempo.
Ben Gurion, que insistió en que todos firmaran con su nombre hebreo, fue el primero y el resto lo hizo en orden alfabético.
Entonces, clausuró la sesión que duró solo 32 minutos. "El Estado de Israel ha nacido. Se levanta a la sesión", sentenció.
Pese al secretismo que rodeó la organización de la ceremonia, una multitud invadió las calles adyacentes al edificio, situado en el bulevar Rothschild, en pleno centro de la ciudad.
Los hitos de la ceremonia fueron transmitidos por altoparlantes desatando el júbilo popular.