Por alzar la voz en favor de los que más sufren en El Salvador y denunciar que “el gobierno (de Nayib Bukele) se ha caracterizado por un lenguaje de confrontación, no está abierto al diálogo, no fomenta la unidad de la población y trata con extrema dureza a quienes considera sus adversarios”, el cardenal Gregorio Rosa Chávez ha sido víctima de una ola de mensajes “ofensivos y vulgares” en su contra. Estos, según el jerarca de la Iglesia Católica, son los ataques “más salvajes” que ha recibido en las cuatro décadas en las que ha realizado su labor como obispo.
En declaraciones al semanario católico “Alfa y Omega”, de la Arquidiócesis de Madrid, España, el purpurado consideró que esto es consecuencia de la homilía que pronunció el 24 de marzo pasado con motivo del 43o. aniversario del martirio de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, en la cual cuestionó los abusos de poder ejecutados actualmente en el país.
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Este año, la conmemoración del martirio del ahora Santo se celebró precisamente en las mismas fechas en que se cumplía el primer aniversario del régimen de excepción que suspende garantías constitucionales y judiciales a los salvadoreños y que, según organismos nacionales e internacionales, ha facilitado una serie de violaciones a derechos humanos desde el Estado.
“Como estamos en régimen de excepción, esta fiesta tiene que ser también excepcional. Muchas personas, con todo derecho, nos hacen dos preguntas a los pastores: La primera es qué diría Monseñor Romero acerca de la situación actual. La segunda, qué haría él ahora”, expresó hace un mes en la Catedral Metropolitana de San Salvador.
Rosa Chávez habló de la realidad nacional y recordó que Romero supo dar voz a los que no tienen voz y estuvo siempre donde había sufrimiento. ¿Qué pasa ahora? ¿Qué nos diría a nosotros los pastores?, se preguntó.
Además, el purpurado analizó en el papel de la Iglesia con las miles de personas han sido expulsados de sus puestos de trabajo en el centro de San Salvador, con las madres que tienen a sus hijos presos y con tantas realidades de sufrimiento. Es más, el cardenal reflexionó sobre qué habría dicho Monseñor Romero sobre el régimen de excepción y sobre la situación de los presos. “Ante esa pregunta, como pastor -y creo que muchos sacerdotes y agentes de pastoral están de acuerdo conmigo: siento tristeza, frustración, vergüenza, impotencia y sentido de culpa”, remarcó.
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Al explicar cada uno de esas emociones dijo sentir vergüenza porque “muchos hermanos y hermanas golpeados por esta situación política, sienten que les hemos fallado”. No hemos cumplido el mandato de Monseñor Romero: “El pastor debe estar donde está el sufrimiento”, apuntó.
De hecho, el prelado basado en las palabras de Romero se dirigió a quienes están en cargos de decisión en el país y les cuestionó: ¿Cómo pueden dormir tranquilos viendo que la excepción se ha convertido en regla, es decir, en lo normal? Estos son algunos de los señalamientos que desataron la intolerancia de seguidores del oficialismo que procedieron a lanzar los ataques a Rosa Chávez.
Ante esto, el cardenal salvadoreño explicó al semanario español que la idea central de tal homilía era hacer “un mea culpa en nombre de quienes están llamados a pastorear al pueblo que sufre”.
Al ser consultado si ha sufrido persecución o ataques por alzar la voz, Rosa Chávez enfatizó que “las veces que lo he hecho (alzado la voz) siempre ha sido desde una perspectiva pastoral”, inspirado en el Evangelio, en la doctrina social de la Iglesia y en los planteamientos del papa Francisco.
“Sabía que la homilía del 24 de marzo, aquella denuncia, tenía un precio. Y vino el chaparrón más salvaje que he recibido en mis 40 años como obispo”, manifestó.
Además, él detalló que tales críticas llegaron incluso de parte de gente que le aprecia, pero que reenvió “alguno de los mensajes más ofensivos y vulgares”. Recordé una frase que repitió varias veces monseñor Romero: “Me estoy quedando sin amigos”, expresó.
Seguido de eso especificó que esta es la homilía que le ha traído “más sufrimiento”, tanto antes como después de haberla pronunciado en la Catedral de San Salvador.
En agosto del 2022, el pastor de la iglesia Elim, Mario Vega, aseguró que hay persecución religiosa en El Salvador. Además, en esa ocasión dijo que hablar de Jesucristo conlleva promover “la verdad, transparencia, honestidad, solidaridad” y que cuando esto se hace desde el Evangelio, obtienen “desacreditaciones, insultos, amenazas, acusaciones”, lo cual a su juicio es “persecución”.
Esto explica el porqué Rosa Chávez recibió duras críticas tras denunciar las torturas, abusos y encarcelaciones de inocentes, documentadas por distintas organizaciones. Según el prelado, esto ha sido “una voz que clama en el desierto” puesto que “el gobierno ha hecho oídos sordos y ha seguido adelante con su proyecto, con una crueldad estremecedora”.
“¡Lo que más se necesita hoy aquí es un alto a la represión!”, dijo el cardenal y luego mencionó que hay muchos que se escandalizan de estas palabras y quieren acusarla (a la Iglesia) de que ha dejado la predicación del Evangelio para meterse en política. “No acepto esta acusación”, concluyó.