La Ley Especial para el Voto en el Extranjero le dicta al Tribunal Supremo Electoral (TSE) que 8 meses antes de las elecciones, el sistema por el cual se emitirá el voto electrónico ya se debe encontrar debidamente diseñado.
Tomando como referencia las elecciones del 4 de febrero de 2024, esto significa que para el 4 de junio del presente año ya debería estar listo el sistema que captará el voto electrónico: sin embargo, el TSE cerró la convocatoria de empresas que podrán ofertar sus servicios para diseñar el sistema este miércoles 12 de abril y, por tanto, en lo que el TSE evalúa a las empresas ofertantes y escoge a una, esta empresa contará con aproximadamente un mes –o menos– para diseñar el sistema del voto electrónico. ¿Es este suficiente tiempo para preparar un sistema fiable?
La Ley del Sufragio en el Exterior se creó y diseñó a la carrera. Ahora estamos viendo las consecuencias de ello. Hace meses el TSE advirtió a los diputados de la Comisión de Reformas Electorales que el tiempo para implementar una logística adecuada para el voto en el exterior no alcanzaba; sin embargo, los diputados insistieron con una Ley que hoy parece que dificultará el proceso logístico de cara al evento electoral del 4 de febrero de 2024.
Desde hace meses, distintas voces sensatas de la sociedad civil han venido señalando que esta Ley de Voto en el Exterior puede prestarse a un posible fraude electoral. Dicho señalamiento siempre ha recaído en el mismo punto: la fiabilidad del sistema y de la empresa que lo diseñe. Sin embargo, de momento aún no se sabe cuál será la empresa que diseñe el sistema para captar los votos en el exterior y por ley a esta empresa le quedará tan solo un mes para diseñar un sistema que le brinde confianza a la ciudadanía. Según el mismo TSE, son 629,159 personas salvadoreñas habilitadas para votar desde el exterior.
Esto que está sucediendo debería ser, cuando menos, un hecho de grandes alarmas. No podemos pedirle a ninguna empresa que corra en un mes para diseñar un sistema que quedará a disposición de más de medio millón de personas. Además de ello, es importante recordar que todos los partidos políticos como también observadores electorales deben tener el derecho de escrutar y vigilar la instalación y ejecución de este sistema. Pero lo más importante es que frente a esta premura y ante tan poco tiempo de las elecciones de 2024 debería reconsiderar sensatamente la implementación del voto electrónico.
De momento debemos insistir con las preguntas más importantes frente a la implementación de un sistema poco fiable: ¿qué empresa lo diseñará? ¿Cómo se garantizará que no se dupliquen usuarios o votos según el registro de DUIs y pasaportes? ¿Cómo será el proceso de escrutinio y observación electoral acorde a las leyes de la República y la Constitución?
El rol del Tribunal Supremo Electoral debe ser trascendental para garantizar confianza. Pero hay que decirlo sin matices y con claridad: en este momento, la forma y los tiempos que ejecutarán el sistema del voto electrónico NO SON FIABLES.
El llamado a la comunidad internacional en este momento es crucial y preciso: no hay confianza ni garantías de las reglas electorales y se teme la poca confianza que genera la implementación del voto electrónico. Se avecinan unas elecciones desiguales y con un sistema de voto electrónico NO fiable.
Presidente de Nuestro Tiempo.