El calor de la tarde no impidió que decenas de familiares y amigos de Milton Melara y Enrique Alfonso Melara (46), les acompañaran en procesión, primero hacia la parroquia del cantón y luego al sepelio en el cementerio de la localidad.
Desde el domingo fueron velados en sus respectivas casas, luego que autoridades de Relaciones Exteriores hicieron la entrega a sus familiares. Ellos era originarios del caserío Los Melara, cantón Los Achiotes, en el municipio de Dulce Nombre de María, Chalatenango.
Milton Alexis Melara Melgar de 33 años partió el 15 de marzo de su natal Dulce Nombre de María, Chalatenango con la intención de llegar a Estados Unidos.
La decisión de su viaje fue para tener mejor oportunidad de trabajo y poder construir su vivienda y asegurar la educación de su hijo de 10 años y su esposa.
Milton vivía con su familia en el caserio Melara. Se dedicaba a trabajar en familia, era panificador y en sus momentos libres jugaba fútbol en el equipo local del caserio.
Arely Melara, hermana de la víctima, describe a Milton como un hombre respetuoso, educado que nunca tuvo problemas con nadie y lo reafirma con los múltiples mensajes que han escrito para recordarlo y que acompañan a un lado de su féretro.
“Es bien duro porque de acá salió caminando y entro a la casa en una caja, es lo más duro que nosotros como familia hemos sentido, este dolor nunca lo vamos a superar”, comenta Arely, hermana del fallecido.
Ella también asegura que la última vez que supo que su hermano estaba con vida fue el sábado 25 de marzo qué le hablaron para informarle que estaba detenido en Ciudad Juárez, México.
Milton murió junto a otros seis salvadoreños emigrantes que habían sido detenidos y llevados al centro de detención de Ciudad Juárez.
Su cadáver fue repatriado desde México hasta el cantón donde fue sepultado.
“Los vamos a recordar como un amigo especial y como equipo que somos siempre lo recordaremos. Era un gran defensa para el equipo”, comenta Wilman Turcios, amigo e integrante del equipo de fútbol donde jugaba Milton.
El caserío Los Melara está en lo alto de un cerro de Dulce Nombre de María, acá todos saben sobre la muerte de los Melara, la razón por la que se fueron y como murieron.
Milton fue sepultado en el cementerio general del cantón los Achiotes, mismo lugar donde fue enterrado Enrique Alfonso Melara Rivera, tío político y que también murió en el centro de detención de México.
“Siempre vivirás en nuestros corazones. Nunca se van del alma quienes hicieron magia en nuestra vida”, son de los mensajes que han colado frente al féretro de Milton
Doble duelo
A pocos metros del velorio de Milton, en la casa de Enrique, su esposa Felícita Melgar de Melara se acompañó de varios allegados que se hicieron presentes para darle el pésame. Enrique y Felícita tenían 18 años de casados y había criando dos hijos de 17 y 10 años.
La tristeza he incertidumbre dominaban su sentir por el deceso de su pareja, pero también tenía otro dilema por no poder estar en el velorio de Milton, quien era su sobrino.
Enrique se dedicaba a la agricultura, pero el trabajo para él era escaso, entonces, según relata Felícita él se desesperó y dijo que emigraría hacia EE. UU., donde planeaba estar solo tres años.
Felícita recuerda el último día que pasó con su esposo, el 14 de marzo, cuando Enrique emprendió el viaje. “Nos dijo que nos amaba mucho, que nosotros éramos la vida más importante para él”, recuerda.
Desde ese día, la esposa de Enrique recuerda que él no dejaba de comunicarse con ella “ni un minuto, siempre me llamaba”. El sábado 25 de marzo, Enrique le llamó a Felícita por última vez a las 5:00 de la tarde. Le contó que ya estaba en Ciudad Juárez , que pronto pasaría la frontera y que les amaba.
El lunes, Felícita se enteró por las noticias del incidente ocurrido en un Centro de detención de migrantes, “sentí algo bien feo porque desde el sábado ya no me escribía”. Pedí a mis hermanos que averiguaran. Ese mismo día, horas más tarde, Felícita se enteró por las noticias que su esposo era parte de las víctimas.
Por la tarde del lunes, la procesión salió de las casas de ambas víctimas y se encontraron en las calles del caserío. Fueron llevados a la iglesia del caserío vecino El Tablón.
Allí, más de un centenar de pobladores se congregaron para orar por las almas de Milton y Enrique. Luego de la misa de cuerpo presente, la multitud acompañó el último recorrido de los fallecidos por el caserío Los Achiotes. Al final de la tarde fueron sepultados en el cementerio local.