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La obscenidad de los rifles de asalto

Cada vez que se produce una masacre con armas semiautomáticas, las ventas de este tipo de armas aumentan en todo el país. La creencia de muchos, azuzada por los perversos intereses del NRA y los políticos que reciben de esta organización cuantiosos donativos, es que a más tiroteos masivos, más atrincheramiento de los civiles.

Por Gina Montaner
Periodista

Coincidió la más reciente masacre en una escuela en Estados Unidos con el debate en el país sobre el carácter supuestamente obsceno del David, la célebre escultura de Miguel Ángel que se exhibe en la Galería de la Academia en Florencia. El pasado 27 de marzo una joven armada con dos AR-15 y una pistola acribilló mortalmente a seis personas en una escuela en Nashville.

En esos días acaparaba titulares el escándalo en el que se vio implicada la directora de una escuela charter en Florida por mostrarles en clase a los alumnos la famosa obra de arte del genio renacentista. Varios padres, apoyados por un gobierno estatal republicano que pretende censurar arbitrariamente lo que considera “nocivo”, se quejaron de que sus hijos habían sido expuestos a material “pornográfico” por la desnudez del personaje bíblico esculpido en mármol. La directora tuvo que dimitir por tomarse la libertad de enseñar la obra maestra de Miguel Ángel en el contexto de historia del arte. Por otra parte, la autora del tiroteo en un colegio en Nashville había adquirido legalmente al menos siete rifles semiautomáticos. A pesar de sufrir un severo desorden mental, pudo comprar el arsenal letal sin mayores obstáculos.

En estos momentos en que se discute si El David de Miguel Ángel le podría causar un daño irreparable a niños y adolescentes en edades de aprendizaje sobre los grandes aportes a la cultura, lo que queda claro es que un estudiante en Estados Unidos tiene más probabilidades de ser víctima de un tiroteo en el colegio que de “contaminarse” por la supuesta obscenidad de las obras de Miguel Ángel y otros grandes artistas.

Volvamos a las cifras para que no queden dudas sobre dónde radica la letalidad de los asuntos: actualmente, en Estados Unidos la principal causa de muerte entre adolescentes es como consecuencia de la violencia con armas de fuego.  En lo referente a los rifles de asalto, 1 de cada 20 adultos en el país  (unas 16 millones de personas) posee al menos una de estas armas mortíferas. Diez de las masacres más letales cometidas desde 2012 se han perpetrado con estas armas: en la escuela de Sandy Hook en Connecticut, en la discoteca Pulse en Orlando, en la escuela secundaria de Parkland en Florida, en el colegio de Uvalde en Texas, por nombrar algunos de los dramáticos episodios en estos últimos años.

En un trabajo publicado recientemente en el Washington Post se aborda el auge de los rifles de asalto, que en su día fueron fabricados principalmente para emplearlos en las guerras, y no para que la población civil se apertreche con este tipo de armas. Fue durante la guerra de Vietnam cuando su uso se extendió en el campo de batalla. En aquel entonces el Pentágono resaltó su “fenomenal letalidad”. De acuerdo al artículo del WP, un punto de inflexión fue cuando en 2004 se eliminó la prohibición federal de rifles semiautomáticos. La industria armamentística, siempre de la mano de la Asociación Nacional del Rifle (sus siglas en inglés son NRA), aprovechó este cambio legislativo para hacer lobby a favor de la protección del AR-15 frente a las iniciativas de poner restricciones a la proliferación de este tipo de armas.

El NRA se ha valido de episodios como los atentados del 9-11 en 2001 o la victoria de Barack Obama en 2005 (el primer presidente negro de la nación) para avanzar la noción de que los ciudadanos se deben armar hasta los dientes. Con el triunfo del demócrata temían, o al menos eso predicaron, que se impusieran leyes más restrictivas. Fue precisamente bajo su gobierno cuando en 2012 ocurrió la masacre en la escuela primaria en Sandy Hook. El asesino, un joven de 20 años, mató a 26 personas (20 eran niños entre 6 y 7 años) armado con un fusil de asalto semiautomático. El tirador tenía los permisos para portar armas. Un Obama frustrado y consternado le habló a la nación sobre la necesidad de poner freno a esta epidemia desatada por la pasmosa facilidad con la que circulan las armas más letales. Desde entonces, los tiroteos masivos han seguido ocurriendo en las escuelas y en todo tipo de lugares públicos.

Cada vez que se produce una masacre con armas semiautomáticas, las ventas de este tipo de armas aumentan en todo el país. La creencia de muchos, azuzada por los perversos intereses del NRA y los políticos que reciben de esta organización cuantiosos donativos, es que a más tiroteos masivos, más atrincheramiento de los civiles. Por eso la juventud está condenada a tener más posibilidades de morir en medio de un tiroteo que “pervertirse” ante la imagen de El David de Miguel Ángel. Estados Unidos ha sucumbido a la obscenidad de sus rifles de asalto. Es la parábola de la inmoralidad. [©FIRMAS PRESS]

*Twitter: ginamontaner

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Estados Unidos Masacre Opinión Venta De Armas

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