Con vagones pulverizados y calcinados, columnas de humo y equipos de rescate sacando cuerpos de un retorcido convoy, Grecia amaneció el miércoles conmocionada por un accidente ferroviario que dejó al menos 38 víctimas mortales.
Tras el choque nocturno de un tren de pasajeros con uno de mercancías, decenas de socorristas y bomberos se arremolinaban en torno a al menos dos vagones parcialmente calcinados, mientras que de otros, volcados, emanaban también espesas humaredas, constató la AFP.
El vagón-restaurante del tren de pasajeros, que efectuaba el trayecto entre Atenas y Tesalónica (la segunda ciudad más grande del país, en el norte), se incendió a raíz de esta colisión cuyo origen todavía se desconoce.
"Nunca he visto nada así en toda mi vida. Es trágico. Cinco horas después, seguimos encontrando cuerpos", relató un socorrista exhausto al salir de la cavidad de donde él y su equipo extraían los cuerpos de los pasajeros.
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A otro de los vagones, los rescatistas no podían ni acceder porque, a causa de la violencia de la colisión, quedó casi pulverizado bajo el peso de otro carruaje.
Más allá, decenas de camiones de bomberos y ambulancias estaban apostados junto a la vía férrea, que transcurre junto a una carretera en el valle de Tempe, al norte de la localidad de Lárisa (centro).
Cinco horas después del choque mortal, bomberos y pasajeros seguían conmocionados ante lo que los medios locales describen como la peor tragedia ferroviaria en la historia del país.
El balance provisional de los bomberos se sitúa en 38 muertos y decenas de heridos, 57 de ellos todavía hospitalizados.
En la cadena de televisión Skai, el gobernador de la región, Kostas Agorastos, se mostró compungido: "Los vagones 1 y 2 ya no existen (...) El número de heridos y muertos puede ser elevado".
"Pánico total"
Según dijo a la televisión pública ERT el alcalde de Tempe, Yorgos Manolis, numerosos estudiantes se encontraban a bordo del tren y volvían a Tesalónica tras aprovechar un largo fin de semana debido a un día festivo en Grecia.
Alrededor de 150 bomberos, además de 40 ambulancias, fueron movilizados, según los servicios de socorro griegos. También se desplazaron allí grúas y mecánicos para limpiar los escombros y levantar los vagones volcados.
Traumatizados, con el rostro endurecido, los pasajeros explicaban su vivencia ante las cámaras de las televisiones griegas.
"La gente comenzó a destruir los cristales para salir de los vagones, gritaban. Era el pánico total", declaró un superviviente a la cadena Skai.
En la web de información local ThessToday, otro joven aseguró que estaba "todavía en estado de choque". "Escuchábamos a pasajeros gritando, pidiendo ayuda", explicó.
Algunos, enfurecidos, pedían explicaciones a la compañía ferroviaria.
"Tenía la sensación de que algo no iba bien cuando nos detuvimos. Nos habíamos retrasado debido al intenso tráfico en las vías, el conductor nos dijo que nos retrasaríamos unos 15 minutos porque era una vía única", contó un pasajero a la cadena de televisión MEGA.
"Probablemente, deberíamos habernos retrasado más, no se habían planificado correctamente", agregó.
En la estación de Tesalónica se sentía la angustia de las familias que esperaban noticias de sus allegados. Entre ellos, un joven que no sabía cómo se encontraba su pareja.
"Tengo miedo, no tengo ninguna noticia, me espero lo peor", le comentó a un periodista griego.