Una de las gestiones más importantes que Ucrania ha hecho desde el inicio de la invasión rusa es el ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Sobre esta última, que consiste en una alianza militar que garantiza apoyo mutuo ante conflictos, Ucrania tiene poco claro cuánto podrá ingresar, pero su canciller afirma con contundencia que su eventual adhesión es una realidad.
“Va a pasar inevitablemente, pero no puedo decidir los tiempos porque depende de muchos factores”, reconoció Dmytro Kuleba.
Sin embargo, recalcó que “pasará más rápido de lo que incluso los más escépticos han predicho”.
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Uno de los puntos esenciales de pertenecer a la OTAN es el artículo 5 de su tratado constitutivo, el cual establece que “cualquier ataque a un Estado miembro en Europa o Norteamérica será considerado un ataque en contra de todos” y esto garantiza una respuesta conjunta a la agresión.
Por otro lado, Kuleba desmintió la excusa de Moscú de que inició la invasión por el temor a que Ucrania estrechara lazos con la OTAN, amenazando la estabilidad rusa. Esto es simple propaganda de Moscú, dijo.
“En 2014, cuando (los rusos) invadieron y anexaron Crimea e invadieron Donbas, Ucrania era, por ley, un país que no buscaba volverse miembro de la OTAN. Rusia miente al decir que no hubiera atacado si Ucrania no hubiera buscado a la OTAN porque ya lo hizo en 2014”, explicó el canciller.
Además dijo que al inicio de la invasión, en febrero de 2022, “Ucrania estaba tan distante de la OTAN como la luna a la Tierra. Oficialmente buscábamos la integración, pero en términos reales nada estaba pasando en el camino a la integración porque Ucrania no estaba lista a cercarse y nos invadieron”.
Sin embargo, recalcó que después se volvió aparente que la mejor defensa contra Rusia es integrarse al tratado militar y que la misma OTAN lo ha comprendido.
“La seguridad colectiva es la única respuesta estratégica a largo plazo contra el nuevo estilo agresivo de Rusia”, sentenció.
Frente diplomático
A un año de la invasión de Rusia a Ucrania, este último país tiene frente a sí varios frentes de guerra.
El más obvio es el estrictamente militar. Mientras su vecino sigue lanzando cientos de misiles sobre su territorio —incluyendo múltiples áreas civiles y hasta plantas de generación eléctrica—, los ucranianos siguen intentando resistir y en algunos casos ir a la ofensiva y recapturar territorios perdidos.
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Pero hay otro frente casi igual de importante y que, en un año, Ucrania ha sabido manejar de manera eficiente: el frente diplomático.
El gobierno de Volodimir Zelenski ha sido capaz de articular una fuerte y valiosa alianza de varias potencias que no solo le proveen recursos importantes para la resistencia y la reconstrucción, sino que replican el mensaje de Kiev: que Rusia está protagonizando una invasión no provocada y que la única forma de terminar las hostilidades es retirándose por completo.
Esto significa, además, que Ucrania no está dispuesta a ceder territorios a fin de apaciguar temporalmente a Vladimir Putin. Esto último es la más cruda lección de 2014, cuando Rusia anexó Crimea. Kiev ha manifestado que permitirle a alguien como Putin conquistar territorios y salirse con la suya es un parche temporal, pues la evidencia indica que pronto volverá por más.
Al respecto, Kuleba reiteró que lo que está en juego no es unas provincias, sino la existencia total de su país y la garantía de que puedan vivir sin temor a las bombas.
“Sabemos qué es lo que sigue si perdemos y no dejaremos que eso nos vuelva a pasar”, concluyó.