Los descubrimientos de la ciencia nunca dejan de sorprendernos y son siempre fuente de interés. Con frecuencia establecen relaciones entre factores que jamás hubiésemos sospechado que existieran y que, al común de las personas, nunca se nos habría ocurrido. Pero la Ciencia consistentemente nos demuestra que todo está relacionado y que algo que ocurre aquí tiene efecto allá. Las neurociencias nos dan ejemplos claros de la interconexión entre diferentes sistemas biológicos y la influencia que unos tienen sobre otros.
Si preguntáramos a una persona común cuál es la relación entre la microbiota intestinal y la integridad del cerebro y la mente lo más probable es que no sabría que contestar o, en caso de que lo hiciese, que ambos son elementos que pertenecen al organismo humano. Lo interesante de esta pregunta es que se ha demostrado que la microbiota intestinal, llamada también flora intestinal, está fuertemente relacionada con la salud mental y también con las enfermedades que afectan la mente. El trastorno depresivo mayor, los trastornos bipolares, los trastornos de ansiedad, la esquizofrenia y otras psicosis, así como otras condiciones como el autismo, los desórdenes alimentarios y el déficit de atención con hiperactividad, están en parte condicionados por alteraciones de la microbiota intestinal. Esta relación ya se sospechaba desde mediados del siglo pasado, pero fue hasta que se desarrollaron las técnicas de secuencia de genes y se logró identificar con precisión las bacterias que conforman la microbiota, que se pudo definir con claridad esta asociación. Y resulta que la asociación entre microbiota y los diferentes tipos de enfermedades mentales es tan fuerte que en un futuro no lejano se podrán usar estas características de la microbiota como marcadores biológicos de las enfermedades en cuestión.
Una de las dificultades que ha tenido la Psiquiatría es la ausencia de marcadores biológicos de las enfermedades que trata. En otras especialidades existen marcadores biológicos que permiten establecer diagnósticos con exactitud. Por ejemplo, un PSA elevado indica alteraciones en la próstata, elevaciones del colesterol LDL indican riesgo cardiovascular, y así. En Psiquiatría no existen marcadores biológicos fiables por lo que los diagnósticos son básicamente clínicos y la experiencia del psiquiatra tiene mucho que ver. Con el estudio de la microbiota y su relación con los diversos tipos de enfermedades mentales se podrá contar dentro de poco con marcadores biológicos que afinen el diagnóstico y guíen los tratamientos.
Pero ¿cómo es la relación entre microbiota intestinal y enfermedades mentales? El metabolismo comienza desde que ingerimos los alimentos. En el intestino delgado y el intestino gruesa se encuentra la microbiota, que colabora con la digestión y el metabolismo. De la composición bacteriana y las características de la flora depende la síntesis de sustancias o la falta de esta síntesis. Los subproductos entran en circulación y llegan a todas las partes del cuerpo, entre estos al cerebro. Estas sustancias afectan directamente la función cerebral y sus consecuencias, tanto positivas como negativas. Un elemento crucial en la producción de enfermedades, mentales y de otro tipo, es la inflamación. La inflamación de tejidos y estructuras es el punto de partida de múltiples enfermedades. Existen bacterias que producen sustancias que tiene efecto antiinflamatorio y otras que promueven la inflamación. Algunas bacterias producen triptófano que es un precursor de neurotransmisores. Estas correlaciones dan lugar a aumento de riesgo o protección ante enfermedades específicas.
La microbiota está influenciada por la dieta y el estilo de vida, pero de eso hablaremos en otra ocasión.
Médico Psiquiatra.