Entra en vigencia la nueva Ley Crecer Juntos para la Protección Integral de la Primera Infancia, Niñez y Adolescencia, sustituyendo la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia (LEPINA), lo cual genera mucha expectativa en los diversos sectores sociales que se encuentran mas inmersos en su aplicación, ocasionándose la disyuntiva de saber diferenciar la Ley nueva con respecto de la antigua.
Sin embargo, muchas veces se deja escapar el espíritu del legislador al momento de poner la práctica un instrumento que forma parte del ordenamiento jurídico, lo cual no puede pasar inadvertido. Desde la Constitución de la República en su articulo 1, que reconoce a la persona como el origen y fin del Estado, hasta el artículo 34 y 35 del mismo cuerpo normativo, que reconoce para las niñas, niños y adolescentes el derecho a vivir en condiciones familiares y ambientales que le permitan su desarrollo integral, así como también proteger la salud física, mental y moral de las niñas, niños y adolescentes, además de garantizarles el derecho a la educación y a la asistencia por parte del Estado, refleja un compromiso de todos/as los que integramos los diversos sectores sociales.
Esto significa que no será suficiente con la entrada en vigencia de la normativa en cuestión, se requerirá un esfuerzo colaborativo de los diversos sectores sociales, no únicamente de los tres órganos del Estado y las competencias que puedan tener los mismos a nivel legislativo, ejecutivo y judicial. El lograr que sea palpable el cambio no es tarea fácil, pero tampoco algo imposible en el tiempo.
Acciones positivas que se integren gracias al diseño y ejecución de políticas publicas orientadas a remover obstáculos sociales, políticos y económicos, que impidan o restrinjan la ejecución de la normativa, el apoyo de los sectores educativos desde el nivel básico hasta nivel superior, completando la tarea con objetivos a corto y largo plazo, será parte del quehacer a poner en práctica para ver resultados.
El apoyo en la adaptación educativa y curricular, por ejemplo, será un eje clave en la tarea. Atender las diversas necesidades en el mundo tan cambiante que vivimos, formará parte de esa cultura y educación a fomentar para proteger la primera infancia, la niñez y la adolescencia, de lo contrario será muy difícil ver resultados reales y la ley que ha sido mejorada dogmática y orgánicamente, quedará solamente como otro documento mas que integra las herramientas legales vigentes en El Salvador.
Cuidar desde la infancia y hacerlo en etapas de niñez y adolescencia ayuda que el ser humano desarrolle su potencial, salud física y emocional, siendo fases trascendentales de la vida en las personas. Seamos objeto de cambio en la aplicación de esta normativa, interviniendo en lo que nos compete con base al rol que desempeñemos y así velar por la dignidad humana de este sector social que en un momento determinado asumirá las competencias que muchos estamos desempeñando en el presente. Un niño/a es el tesoro mas grande del mundo, cuidarlos con el ejemplo para que crezcan y se desarrollen para ser humanos de bien está en nuestras manos.
Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas