Cuando el presidente Nayib Bukele decidió tuitear sus pronósticos para el Bitcoin en 2022, el 2 de enero del año pasado, el criptoactivo aún gozaba de buenos números y suficientes argumentos para considerar que los meses siguientes se dispararía hasta precios que emocionarían a sus principales entusiastas, sin embargo, pasó todo lo contrario.
Menos de cuatro meses antes, la criptomoneda se había convertido, de manera oficial, en una nueva divisa de curso legal en El Salvador, y apenas dos meses antes de ese 2 de enero, incluso había rozado los $69,000, un valor que elevó los pronósticos y llevó al mandatario a considerar que antes de que terminara el 2022 llegaría a los $100,000.
Hoy, a casi un año de esa predicción, el Bitcoin se encuentra con un precio de casi el 70% más bajo, con un sinfín de empresas y plataformas criptográficas en el limbo, y con pérdidas financieras no solo para los inversionistas privados, sino para las arcas del Estado.
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Así es, desde el 6 de septiembre de 2021, Nayib Bukele comenzó a realizar compras de bitcoins con fondos públicos, o al menos así parece si nos basamos en sus propias publicaciones, algo que a la fecha se traduce en un gasto de hasta $107.8 millones del dinero de los salvadoreños, los cuales, tras el desplome en el mercado, ahora valen “solo” $66.1 millones, o 61% menos de lo que se pagó por ellos.
El tema de la adopción del Bitcoin, tan ampliamente documentado por este medio, ha sido una apuesta que, incluso desde 2021, no ha traído beneficios para el país, de acuerdo con economistas y la población misma.
De hecho, en octubre, una encuesta de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) arrojó que solo apenas un 3% de los salvadoreños consideraba como una ley que ha beneficiado al país o a su economía.
La enorme mayoría, por el contrario, criticaron su implementación y las compras de criptoactivo, algo que convierte a la Ley Bitcoin en la medida más impopular de Bukele.
Las otras predicciones
Ese mismo 2 de enero, Bukele no solo pronosticaba que el Bitcoin alcanzaría la barrera de los $100,000, sino, también afirmaba que el criptoactivo se convertiría “en un tema electoral importante en las elecciones (de medio término) estadounidenses de este año”, pero las elecciones pasaron y el Bitcoin no tuvo ese protagonismo esperado.
Poco más de un mes después de la predicción, la decisión del presidente ruso Vladimir Putin sobre invadir Ucrania afectó fuertemente al mercado, un conflicto geopolítico que se sumó a la ya fuerte inflación o crisis energética en Europa. Todos obstáculos para el ascenso de la criptomoneda.
A lo mejor también fue porque en mayo, un error en el protocolo de la plataforma creada por el surcoreano Do Kwon, provocó una liquidación automática de un token denominado Luna y que desembocó en un “criptoinvierno”, es decir, un período largo en el que el precio de los criptoactivos no sale a flote.
Toda esa situación, de hecho, se llevó de encuentro a la siguiente predicción que hizo Bukele el segundo día del año, la cual se refería a la emisión de los bonos respaldados en Bitcoin y que el mandatario anunció en noviembre de 2021 durante un evento de bitcoiners.
Esos bonos, en realidad, se retrasaron en primera instancia por el conflicto en Ucrania, según detalló el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, en cierta ocasión. Afirmó que “no era el momento”, y parecería ser que todo el 2022 no fue, sencillamente, el momento o el año para el Bitcoin y el mercado de las criptomonedas en general.
El optimismo que tenía el presidente Bukele con el Bitcoin en 2022 también incluía la predicción de que iniciaría la construcción de la Bitcoin City, pero eso también se lo llevó de encuentro el criptoinvierno.
