Rosa Orellana Díaz, de 62 años, conocida como Rosita, fue asesinada la madrugada del jueves 29 de diciembre en el interior de su vivienda en Villas de Paleca, de Ciudad Delgado. El principal sospechoso y detenido por el asesinato de Rosita es su nieto, Juan Miguel Zúñiga de 28 años, quien sufre de un padecimiento psicológico y que recién había salido de un centro de rehabilitación.
Los vecinos describen a Rosita como una señora bondadosa, íntegra, amable y respetuosa. Siempre estaba al pendiente de su nieto y de la comunidad. Por eso sus vecinos están impactados por su asesinato.
El guardia de la residencial narra que el joven ingresó por el portón principal a eso de la 1:15 de la madrugada y que salió a las 5:30 de la mañana, por lo que creen que asesinó a su abuela entre las dos y cinco de la madrugada.
Rosita vivía en la casa número 11 solo con su nieto, y había días que su pareja la visitaba. Algunos vecinos, que prefirieron el anonimato, comentan que escucharon golpes y gritos pidiendo ayuda, pero no se imaginaron que era ella la que suplicaba por su vida.
" 'Me están matando', gritaba Rosita. Nosotros pensamos que era en la cancha. Es una lástima porque el muchacho es esquizofrénico”, explicaron.
Un agente policial mencionó que el sistema 911 fue alertado minutos antes de las seis de la mañana sobre el homicidio de la mujer. “El compañero de vida, cuando abrió la puerta, la encontró muerta. Él informó al sistema”, detalló. Los agentes que procesaron la escena utilizaron trajes de bioseguridad, por la brutalidad con que fue asesinada la mujer.
“Hace dos meses lo sacó (al nieto) porque dijo que estaba pechito, porque estaba internado en un centro privado. Era una mujer muy dulce, noble, no merecía morir así", comentó otro vecino.
Los residentes sabían de los problemas psicológicos del joven, pero describen a Juan como alguien que nunca molestó ni agredió a nadie. También señalaron que tenía problemas con el consumo de drogas, pero que no están seguros sí eso estaba relacionado con la medicina que su abuela le daba.
“Si hubiera un tratamiento para los enfermos violentos (con problemas psicológicos), fuera un alivio. El sistema de salud está fallando en ese sentido. El sistema hospitalario de aquí no sirve, más el de las personas especiales", expresó un vecino, quien dice ya había aconsejado a Rosita, por las amenazas constantes que su nieto le daba.
Los agentes de la PNC conocían a Rosita, su nieto Juan y de su padecimiento, ya que ellos los asistieron en algunas ocasiones, cuando la situación parecía salirse de control.
Juan fue capturado por la PNC en el punto de la ruta 4, mientras esperaba el transporte público, con prendas manchadas de sangre.