Un informe de la organización “Christian Aid” ha identificado los desastres climáticos más destructivos de 2022, entre ellos el ciclón Eunice o el huracán Ian, que han provocado costosos daños desde el punto de vista financiero.
El documento, titulado “Contabilizando el coste 2022: un año de crisis climática”, señala que algunos de los desastres tuvieron un coste de 3,000 millones de dólares cada uno.
Sin embargo, la mayoría de estas estimaciones del impacto económico de grandes cataclismos se basan en las pérdidas aseguradas, lo que significa que es probable que los costes financieros reales sean mayores.
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Los desastres más onerosos del año
En la lista de los veinte desastres en 2022 figura el ciclón Eunice, que afectó Bélgica, Alemania, Irlanda, Países Bajos, Polonia y el Reino Unido en febrero y en el que murieron 16 personas.
Millones quedaron sin electricidad y miles de hogares fueron fuertemente dañados. Eunice además rompió el récord para los vientos más rápidos registrados en Inglaterra, con 196 km/h.
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También figuran las inundaciones en Australia entre febrero y marzo, en las que 27 personas murieron.
Estas fueron de las peores inundaciones en la historia de este país de Oceanía. Además de daños a la infraestructura, hubo una significativa escasez de alimentos en el país, particularmente en la región de Queensland.
Le siguen las inundaciones de Sudáfrica que se produjeron entre el 11 y el 13 de abril, con un coste de vidas humanas de 459. Estas además provocaron el desplazamiento de cerca de 40,000 personas y destruyeron completamente más de 12,000 casas en el sureste de ese país. Las lluvias intensas también dejaron graves daños en la infraestructura vial, en escuelas y en centros hospitalarios sudafricanos.
Entre las inundaciones, se contabilizan también las de Pakistán entre junio y septiembre, en las que 1,739 personas fallecieron; y las de China entre junio y septiembre, en las que no se registraron víctimas mortales.
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Sequía y huracanes
La lista de Christian Aid también menciona la sequía en Europa entre junio y septiembre, causada en gran parte por olas de calor sucesivas a lo largo del continente y del Reino Unido e Irlanda.
Entre las principales afectaciones económicas, se cuenta el alto que hubo al comercio marítimo en Alemania por la baja del nivel de agua del Rin.
En España y Portugal, hubo restricciones al consumo de agua, igual que en algunas regiones de Inglaterra, donde además hubo cierre de aeropuertos porque se derritieron segmentos de las pistas. En Francia se vivió el mes más seco (junio) en los últimos 60 años.
En la sección del río Danubio que cruza Serbia, las bajas de agua dejaron al descubierto barcos de guerra alemanes que se hundieron en la Segunda Guerra Mundial. La presencia de material explosivo en estos se convirtió en un nuevo riesgo para los locales.
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En el Caribe, el huracán Fiona golpeó a Puerto Rico, República Dominicana, Haití y otras islas. Su violento paso por la región dejó 45 muertes y daños por hasta $2,600 millones.
Por su parte, el huracán Ian golpeó entre septiembre y octubre a Cuba y la Florida y dejó más de 150 muertos y pérdidas por hasta $50,000 millones.
Asimismo, se menciona la depresión tropical en Malasia a principios de año, en la que 54 personas murieron; la tormenta tropical en Madagascar a principios de 2022, con 366 muertos; los incendios en Chile entre enero y marzo, y las inundaciones en Brasil en febrero y la ola de calor en el Ártico en marzo.
Acción climática urgente
“Christian Aid” resalta que estos fenómenos extremos ponen de manifiesto la necesidad de una acción climática más urgente y subraya la importancia del fondo para pérdidas y daños acordado recientemente en la COP27 para proporcionar ayuda financiera a las personas de los países en desarrollo que han sufrido enormes pérdidas debido a una crisis climática que no han provocado.
La organización hace un llamamiento a los líderes mundiales para que decidan cómo gestionar el fondo.
El consejero delegado de Christian Aid, Patrick Watt, resaltó el coste financiero de la “inacción” ante la crisis climática.
“Pero detrás de las cifras en dólares se esconden millones de historias de pérdidas y sufrimiento humano. Sin recortes importantes en los gases de efecto invernadero, este costo humano y financiero solo aumentará”, subrayó Watt en el informe.