Estimados amigos:
El gobierno va a aumentar las pensiones. No mucho, pero algo. Algo es algo, hoy que todo es caro. ¿Quién puede estar en contra de mejores pensiones? Nadie. Tanto para los que ya están jubilados como para los que en el futuro se van a retirar, es una buena noticia.
Lastimosamente, en El Salvador las buenas noticias suelen llegar con malas, que a veces no son tan visibles a primera vista. Tener más seguridad y menos homicidios es buena noticia, obviamente - pero al rato nos damos cuenta que ahora -y parece que para largo- hay que tener miedo a los militares que toman control de las colonias.
Así en el caso de las pensiones. Parecen un regalo de Navidad. Pero a veces gastamos demasiado y hasta nos endeudamos para dar a la familia felices navidades, y la goma viene, cuando hay que pagar las tarjetas. Con los ‘regalos’ del gobierno es diferente: la goma no tendrán los gobernantes, sino todos nosotros.
Hablando de las pensiones, la mala noticia es que esta reforma de pensiones se ha hecho sin tener la mínima idea de cómo pagar los aumentos, que año tras año, mes tras mes habrá que pagar. Nadie lo explica, porque nadie lo sabe. Resulta que a este presidente y su gabinete, cuyo método de gobernar es la permanente improvisación, le vale un comino. Con tal que tengan garantizado que pueden cumplir las promesas del aumento de las pensiones hasta que terminen las elecciones del 2024, no se preocupan. Para poder financiar los aumentos -y la cuenta para las otras medidas clientelistas por venir durante el 2023- se han asegurado, en la recién aprobada reforma, que el gobierno puede disponer de la totalidad de los fondos de pensiones acumulados. Las AFP estarán obligadas de ‘prestarlos’ al gobierno.
Luego, el diluvio y que Dios nos ayude...
Una reforma de pensiones hay que hacerla de manera responsable, pensando en el futuro y en la sostenibilidad de lo que se promete. Improvisarla, sólo pensando en el beneficio electoral, es lo más irresponsable que un gobernante puede hacer. El sistema de pensiones, de todos modos, estaba insostenible. Con esta reforma, que no es una reforma que afecta las raíces del problema, será peor. Ustedes van a estar felices por el corto tiempo que los aumentos funcionen, y van a sufrir cuando el sistema colapse. Pero cuando esto pase, ustedes ya habrán felizmente votado por la reelección de Nayib Bukele y por una Asamblea a sus órdenes. De eso se trata la tal reforma.
Si se quiere mejores pensiones y que sean sólidas y sostenibles, primero hay que instalar un gobierno que se compromete a sanar las finanzas del Estado, impulsar las mediadas necesarias para un mayor crecimiento y en base de esto a elaborar una reforma de pensiones de verdad que garantiza la ampliación de la cobertura y graduales aumentos.
Todo lo demás es propaganda.
Gocen de los aumentos hasta que alcance el pisto, pero no dejen de exigir una verdadera reforma de pensiones.
Felices vacaciones les desea Paolo Lüers