Damnificados del terremoto que dejó al menos 268 muertos en Indonesia pedían este miércoles todo tipo de ayuda a los servicios de socorro, quienes enfrentaban dificultades para encontrar supervivientes debido a nuevas réplicas y a las fuertes lluvias.
Las autoridades advirtieron que los escombros debían ser despejados con urgencia alrededor de la ciudad de Cianjur, la más afectada por el sismo, debido a eventuales inundaciones repentinas o deslizamientos de lodo que podrían ser desencadenados por las fuertes lluvias previstas en los próximos días.
Un terremoto de magnitud 5,6 sacudió el lunes la provincia de Java Occidental, la más poblada del archipiélago del sudeste asiático. El último balance del desastre es de 268 muertos, 1.000 heridos y 151 desaparecidos.
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Pero las fuertes lluvias y las nuevas réplicas del terremoto ralentizaban el miércoles las operaciones de búsqueda de supervivientes en una decena de pueblos, donde más de 20.000 casas quedaron destruidas.
Tras una réplica de magnitud 3,9 desencadenó el pánico de varias personas desplazadas que huyeron de sus refugios el miércoles por la mañana, observaron periodistas de la AFP.
Dos de los pueblos más lejanos siguen aislados, explica Henri Alfiandi, jefe del servicio de socorro, en un video publicado en las redes sociales. "La gente allí ni siquiera puede pedir ayuda", precisa, señalando que se enviaron a la zona tres helicópteros.
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Aldeanos siguen atrapados, sin agua ni electricidad, y algunos deben dormir junto a sus muertos, detalla. En las localidades más cercanas a Cianjur, los habitantes tratan de recuperar entre las ruinas fotos familiares, libros religiosos y certificados de matrimonio dos días después del desastre de destruyó sus hogares.