Por El miércoles 16 de noviembre, la Iglesia católica está de plácemes porque celebra el Día de Santa Gertrudis la Grande, una monja escritora y mística benedictina, nacida en Alemania el 17 de noviembre de 1301 o 1302.
Aquí en El Salvador hubo una escritora laica, mística, la doctora en Filosofía y Letras Irma Lanzas, nacida en Cojutepeque el 17de agosto de 1933 y fallecida en San Salvador el 9 de julio de 2020. En su libro Absoluto Asombro, escrito en inglés y español, nos deja entrever su historia de amor con Dios. Fue miembro de la Academia Salvadoreña de la Lengua.
A Gertrudis se le puso al cuidado de su tía Santa Matilde, hermana de la abadesa del Convento de Helfta, y estaba a cargo del alumnado. Según los biógrafos de Gertrudis “la pequeña tenía el don de ganarse los corazones, era una niña encantadora”.
A la temprana edad de 5 años, Santa Gertrudis ingresó al Convento de Helfta, No se tienen datos acerca de su familia. Se han perdido gran parte de sus obras; pero se conservan Legatus divine pietatis y los Excersitia spiritualia.
En aquel tiempo el convento o monasterio estaba a cargo de la santa iluminada abadesa Gertrudis de Hackerborn, bajo cuya dirección prosperó de manera sobresaliente, tanto en la observancia de la regla monástica, como en la actividad intelectual, a la que contribuyeron Santa Lioba y sus monjas anglosajonas, formadas en Alemania, dicen los datos de Internet.
En el convento se podía encontrar todo lo referente a la santidad, favorecer la contemplación y el aprendizaje, incluso el trabajo de trabajos. La Obra de Dios, como San Benito definía el Divino Oficio, se realizaba de manera solemne. Su Regla rigió la vida europea durante seis siglos.
Los benedictinos son una Orden monástica fundada en el año 529 por San Benito de Nursia; fundó también el Monasterio de Montecassino y el Monasterio italiano de Subiaco, con una biblioteca que contiene una de las más valiosas colecciones de manuscritos medievales que hay en Europa.
Los monasterios benedictinos eran centros de enseñanza y estudios teológicos.
El monasterio benedictino más famoso de Francia fue el de Cluny, De ahí salió uno de los defensores más enérgicos de la Iglesia, el Cardenal Hildebrando, después elegido Papa, con el nombre de Gregorio VII.
Se dice que Gertrudis poseía cualidades excepcionales para el estudio, y no fue sino hasta pasado los 25 años de edad, que recibió el impacto de su primera visión, que sería sólo el comienzo de revelaciones que tendría sucesivamente a lo largo de su vida, hasta el momento de su fallecimiento.
Loor, pues, a Santa Gertrudis la Grande, por su bondadoso corazón y por su obra escrita. ¡Sí, señor!
Maestro, psicólogo, gramático.