La inflación sigue sin darle tregua a la economía de las familias salvadoreñas. Los datos más recientes del Banco Central de Reserva (BCR) reflejan que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) sigue muy alto con respecto a otros años.
Puntualmente, hasta octubre de 2022, el nivel de inflación en el país se colocó en 7.47%, una cifra que si bien es cierto es menor a los 7.49% registrados en septiembre, sigue siendo muy alta y de hecho, es más alta que el promedio registrado desde 2010.
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Si se revisan los datos históricos con la metodología actual que utiliza el BCR para calcular la inflación, basada en el IPC de 2009, los dos años con la inflación más alta, antes de 2021 y 2022, fueron 2010 y 2011, cuando el nivel de inflación para el mes de octubre se colocó en 2.77% y 5.44%, respectivamente.
A partir de esos años, los años siguientes pueden catalogarse como positivos en cuanto a la proporción de inflación que enfrentaron los salvadoreños, pues, por ejemplo, entre 2012 y 2014, el porcentaje osciló entre 0.95% y 1.89%, cifras bastante menores que las actuales.
Los siguientes tres años, de hecho, tuvieron incluso menos niveles de inflación mucho más bajos, llegando a números negativos, como en el caso de 2015 y 2016, cuanto el índice se colocó en -0.19% y -0.88%, lo que quiere decir que el índice de precios de esos dos años era menor al índice base de 2009.
Esa tendencia de tener un índice inflacionario en números positivos también se pudo observar en los años de 2019 y 2020, ya con el gobierno actual, pues el porcentaje se colocó en -0.87% y -0.21, y de esa fecha hasta la actualidad, el índice se disparó de manera considerable.
Uno de los principales factores que provocó que ese índice aumentara tanto, pues de octubre de 2019 a octubre de 2020 subió en 5.7%, fue el impacto que tuvo la pandemia de covid-19 en la economía mundial, un factor clave del cual se desprenden varias aristas que provocaron esa alza en el precio de los bienes de consumo a nivel mundial.
Uno de los principales protagonistas fue el gobierno de Estados Unidos, pues durante los primeros meses con la presencia del virus, y en medio de los masivos confinamientos para frenar los contagios, el banco central de ese país optó por destinar enormes paquetes de ayuda económica y por imprimir más dinero, provocando que la moneda circulante se abaratara versus el valor de los productos.
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A partir de ahí, las demás economías también comenzaron a sufrir los efectos, algo que se sumó a la creciente, y paralela, crisis en la cadena de suministros que tuvo el mismo origen. Esta se sumó, además, al alza generalizada que tuvieron los productos derivados del petróleo, principalmente, los combustibles.
Todos estos factores, en una dinámica de causa y efecto, provocaron que el país alcanzara cifras récord a nivel inflacionario, pues según el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), en su más reciente Informe de Situación País, la inflación actual es la más alta de los últimos 25 años, algo que, sobre todo, puede notarse en el precio de los alimentos.