El gobierno de Nayib Bukele proyecta para el próximo año una suma superior a la que dijo que usaría en 2022 para proyectos de inversión pública y será uno de los rubros más importantes dentro del Presupuesto 2023, pues ocupa un buen porcentaje del total de fondos públicos previstos para el año fiscal.
Si se analizan los datos de las áreas y proyectos en los que el gobierno pretende invertir, hay varios que ya se habían tomado en cuenta en el proyecto de este año y, de hecho, la mayoría corresponden a lo prometido por el presidente Bukele en febrero de este año cuando anunció una serie de “impulsos económicos” que incluían una inversión de hasta $1,510 millones en infraestructura pública, sobre todo para proyectos viales.
Puntualmente, para 2023 el proyecto del presupuesto estima que se destinarán hasta $1,739 millones solo para el área de la inversión pública, una cifra bastante alta que, de hecho, supera a la proyectada para 2022, que se situaba en $1,701.9 millones, según los documentos divulgados por el Ministerio de Hacienda.
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Muchas de las obras que ha presupuestado el gobierno ya habían sido anunciadas por Bukele que se harían este año, como la construcción del viaducto Francisco Morazán, el cual está pensado a realizarse en la Carretera Panamericana, específicamente en el tramo conocido como Los Chorros, en La Libertad, y el cual podría tener un costo de hasta $245 millones. Sin embargo, a la fecha no ha habido avances de dicha obra, aunque sí aparece en el proyecto presupuestario del próximo ejercicio fiscal.
Otro proyecto que ha quedado relegado es el del Hospital Rosales, cuyos fondos ya habían sido asegurados por la administración anterior, pero lleva más de tres años estancado, pues el terreno donde se pretende construir sigue igual.
Para esta obra, Bukele afirmó en febrero que se destinarían unos $35 millones y que se realizaría antes de que finalizara el año, pero no hay señales que comience su construcción.
Sin embargo, en el proyecto presupuestario de 2023 Hacienda ha estimado una inversión de hasta $24.1 millones para el “fortalecimiento de la red hospitalaria por medio de la construcción de dos hospitales”, aunque no detalla si de nuevo va incluido el Rosales.
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Otros proyectos que contempla el plan presupuestario de 2023 son el bypass Gerardo Barrios, en San Miguel, del cual según Bukele se ejecutarían las fases II y III antes de que terminara este año, para lo que se necesitaría hasta $43.4 millones para su ejecución.
Este mismo proyecto ya aparecía como prioridad en el presupuesto para 2022, publicado en los últimos meses de 2021. En ese documento el bypass incluía una inversión de unos $34 millones.
Sin embargo, ese bypass y los demás proyectos que han sido incluidos tanto en el presupuesto 2022 como en las promesas de Bukele en febrero no son los únicos, pues uno que destaca es el de la Central Hidroeléctrica “3 de febrero”, antes conocida como El Chaparral, la cual no ha comenzado a operar.
Para ese proyecto de infraestructura el gobierno estimó unos $157.8 millones a ejecutarse en 2022 y para 2023 estima una inversión de $115.6 millones, los cuales no quedan claro si es un acumulado del presupuesto anterior o si será una nueva inversión.
¿Cómo puede interpretarse?
El hecho de que los mismos proyectos, que implican inversiones millonarias, se siguen prometiendo o reutilizando en los proyectos presupuestarios se presta a un análisis acerca de cómo el gobierno ve el tema de la inversión pública.
El economista Rafael Lemus señala que “este gobierno adolece de programar grandes obras, pero no ejecuta ninguna”, algo que puede observarse en las cifras oficiales del Banco Central de Reserva (BCR) acerca de lo que lleva ejecutado la actual administración en inversión pública en lo que va del año.
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Según estos datos, hasta agosto el Ejecutivo solo ha ejecutado $398.3 millones, una cifra muy lejana de los $1,701 millones proyectados, o de los $1,510 millones anunciados en febrero, por lo que Lemus considera que de seguir la tendencia actual la ejecución total a finales de año podría rondar el 50% de lo presupuestado.
Por ese motivo, el economista añade que “el gobierno ha estado inflando los programas de inversión pública, pero la ejecución es muy baja”, por lo que considera que el nivel de inversión podría ser similar a la de 2020, año del impacto de la pandemia, cuando rondó los $636.9 millones, según cifras del BCR.
Esta práctica del gobierno, es decir de prometer y anunciar fuertes proyectos aunque con poca información de seguimiento, podría calificarse como una acción populista, según Lemus, quien además explica que forma parte de un “gran esfuerzo mediático” que realiza el gobierno con fines de mantener su imagen ante la población.