Una semana intensa se vivió en el fútbol salvadoreño. Y terminó con la mayor sorpresa que el fútbol vernáculo pueda regalar en estos tiempos: la eliminación de Alianza, el bicampeón, el equipo dominante de los últimos años y el que llevaba jugadas 11 finales consecutivas.
Se quedó afuera porque no tuvo respuestas más allá del envión anímico a base de centros ante un Platense defensivo, ordenado y con personalidad. Para amargura y lección a cierto ‘comentarista’ de TV que aseguraban a los cuatro vientos que Alianza “no tenía rivales” en este torneo. Liquidado.
“Hasta aquí llega mi participación": Adonay Martínez, DT de Alianza
Pero en la semana no fueron Alianza ni Platense los protagonistas. Tampoco, ningún otro equipo. El protagonismo lo tuvieron esos hombres que antes vestían de negro y que se encargan de impartir algo parecido a la justicia dentro del terreno de juego.
Los árbitros estuvieron en el ojo del huracán y de las críticas -algunas merecidas- por su desempeño en los juegos de ida de cuartos de final, a los que no les faltó ninguna polémica. Ya había adelantado Pichi Escudero que no querían a Marte en la final, pero FAS fue el que picó en punta en los últimos días en acusaciones contra el cuerpo arbitral.
Críticas que hasta hicieron sonrojar al propio Lisandro Pohl, quien un día irrumpió en una conferencia de prensa de Alianza para denunciar un supuesto “antialiancismo” de Joel Aguilar. Hoy, el entrenador Zambrano se fue contra la Fesfut y, por ende, contra su Comité Regularizador y el propio equipo anunció que elevaría la denuncia a Concacaf, claro está, con cero chance de que fuese revisada en esa instancia.
No pasó ni un día y se filtró que Emerson Ávalos, exvice de la Fesfut y quién manejó la Comisión de Árbitros los últimos 5 años, sería su presidente… Marvin Benítez -DT de Dragón- salió al cruce ayer y criticó a los medios porque, según dijo, la presión de FAS dio su resultado.
El hervidero del fútbol nacional suma más capítulos, mientras Alianza verá la final por TV, algo inédito en los últimos años en el querido y maltrecho fútbol salvadoreño.