El polaco Robert Lewandowski salvó la noche del Barcelona. Cuando todo parecía un tropiezo, porque no ganaba, sacó la victoria en el tiempo añadido sobre el Valencia. Un triunfo a domicilo que sabe bien pa el ánimo de los culé.
El gol de Lewandowski llegó en el minuto 90'+3' y dio, este sábado, alegría y satisfacción de no irse con poco al Barcelona de Mestalla. No renunció a atacar y a concretar, al menos, una clara que tuvo.
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Se trató de en un encuentro de superioridad local, en la primera parte; y de fuerzas más niveladas en la reanudación. La primera mitad fue un monólogo del Barcelona que duró 45', en los que la clave estuvo en la presión. La del conjunto catalán salió a la perfección con rápidas recuperaciones de balón en las pocas ocasiones en la que el Valencia era poseedor de la pelota.
La primera oportunidad del visitante llegó en el 23', en un remate de Ansu Fati que no subió al marcador por fuera de juego, sin que hasta entonces hubiera habido noticia del conjunto local en ataque.
El Barcelona dominó así en una primera parte que siguió sin goles al Valencia, que no supo cómo enfrentarse al juego de posesión de su rival y se mostró impreciso. Pero caso contrario, los visitantes se sintieron muy cómodos a medida fueron encontrando un mejor fútbol.
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La segunda parte comenzó con un gol anulado al Valencia. Antes del remate a gol de Lino, Marcos André había tocado el balón con mano (49'). Era la primera jugada de peligro de este periodo.
Así el partido entró en su recta final con un Barcelona que no era mejor que el del primer tiempo y con un Valencia que había mejorado, pero no lo suficiente como para equilibrar las fuerzas.
Raphinha pudo abrir el marcador en la ocasión más clara de la segunda mitad al rematar alto un balón a puerta vacía (84') en una fase del choque en el que cualquier acierto podía ser definitivo y lo fue, ya que Lewandowski no dejó tiempo para más que para una tangana entre jugadores de ambos equipos con la que se cerró el partido.