La campaña para el balotaje en Brasil llega a su fin este sábado con un pulso en las calles entre el presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro y el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
A inicios de semana, la mayoría de encuestas mostraban al candidato de izquierda con una ventaja para la elección del domingo. En la encuesta del jueves del Instituto Datafolha, el líder de izquierda iba adelante con un 53% contra 47%.
Sin embargo, a un día del balotaje, las nuevas encuestas del sábado mostraron una reducción de la diferencia de Lula sobre Bolsonaro, que coloca a ambos candidatos en zona de empate técnico.
Según la encuesta de Paraná Pesquisas, el aspirante del Partido de los Trabajadores (PT) alcanza el 50.4% de los votos válidos, mientras que el actual mandatario llega al 49.6%.
La firma encuestó a 2400 personas entre el 26 y el 28 de octubre; y el margen de error es de 2% con un intervalo de confianza del 95%, detalla el portal Infobae América.
Asimismo, un estudio de MDA para la Confederación Nacional de Transporte, divulgado también el sábado, arrojó que Lula llega al 51.1%, mientras que Bolsonaro alcanza el 48.9%. Para esta encuesta se entrevistó a 2002 personas entre el 26 y el 28 de octubre; y el margen de error es de 2.2%.
VER: Brasil irá a segunda vuelta: Lula da Silva se impone por escaso margen a Bolsonaro
Por su parte, el instituto Brasmarket indicó el viernes que Bolsonaro tiene el 48.2% de las intenciones de voto, frente al 42.7% de Lula.
Candidatos cierran sus campañas en estados decisivos
Después de verse las caras en el último debate televisado el viernes por la noche, en el que ambos se acusaron incesantemente de mentir, cada uno irá al encuentro de los votantes en puntos clave para sus aspiraciones.
Lula y Bolsonaro cierran este sábado sus campañas en los mayores colegios electorales de Brasil, que serán decisivos para la ajustada segunda vuelta de las presidenciales del domingo.
Lula, favorito en todos los sondeos, participará en una marcha en la icónica Avenida Paulista de la ciudad de Sao Paulo para "celebrar la democracia", en compañía de sus principales aliados, entre ellos su compañero de fórmula, el liberal Geraldo Alckmin.
El expresidente, abanderado de un amplio frente progresista al que se han sumado fuerzas de centro y centroderecha, pasará la noche en la región para votar al día siguiente en Sao Bernardo do Campo, su cuna política, situada en la zona metropolitana de Sao Paulo.
Por su parte, Bolsonaro pondrá el broche a esta dura y larga campaña electoral en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, que es el segundo mayor colegio electoral del país (16.2 millones).
El líder ultraderechista intentará arañar los últimos votos en un estado en el que Lula ganó en la primera vuelta y, según las encuestas, volverá a hacerlo en la segunda.
Lula se impuso en la primera vuelta con el 48% de los votos contra el 43% de Bolsonaro, un resultado que quebró las proyecciones que anticipaban una ventaja holgada del exmandatario.
Bolsonaro, de 67 años, encabeza una caravana de motociclistas en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais (sureste), el segundo mayor distrito electoral del país luego de Sao Paulo.
"Estoy segura de que va a ganar", dijo a la AFP la microempresaria Fabrícia Alves, de 36 años, que esperaba la llegada del presidente junto a otros simpatizantes vestidos de verde y amarillo.
Apoya a Bolsonaro por su política económica y "por los valores" que considera innegociables para su familia: "No estoy a favor del aborto ni la ideología de género, que es lo que el otro partido quiere imponer en nuestro país", asegura.
El mandatario busca la reelección después de cuatro años de un gobierno marcado especialmente por la crisis sanitaria y económica que desencadenó la pandemia y que mató a 688,000 personas en Brasil, sus tensas relaciones con las instituciones y críticas internacionales por su política medioambiental.
En la recta final hacia el balotaje ha presentado como logros de su gobierno la lenta recuperación de la actividad, principalmente el reciente retroceso de la inflación y el desempleo, que se ubicó en 8.7% a septiembre.
Durante meses, Bolsonaro cuestionó sin pruebas el sistema electrónico de votos, despertando temores de que no acepte los resultados del próximo domingo.
Este viernes dijo sin embargo que "el que tenga más votos, gana", al ser interrogado en una breve entrevista después del debate si aceptaría una eventual derrota.
"Eso es la democracia", añadió.