Chu es conocida por su trabajo en la recreación de las prendas tradicionales chinas y la adición de un toque moderno a los elementos antiguos. También enseña en el Instituto de Tecnología de la Moda de Beijing y dirige su propio estudio.
Combinando "Bao Xiang Hua", un patrón floral híbrido muy común en la cerámica antigua, y las imágenes de copos de nieve, trabajó en los diseños para la ceremonia de entrega de medallas de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, un escenario internacional que podía "llevar la estética moderna china al mundo".
"Disfruté mucho al leer sobre moda en una revista cuando tenía solo 12 años y establecí como objetivo convertirme en diseñadora", contó. Habiendo estudiado extensamente la moda de diferentes países, desarrolló un gran interés en las prendas tradicionales chinas.
Así, la carrera de Chu ha prosperado en la última década, apostando por un aumento en la popularidad de las marcas y productos nacionales que incorporan el estilo y la cultura tradicionales chinos, una tendencia conocida como "guochao" o el chic chino.
"La nueva generación de diseñadores apuntará alto, no solo para mostrar la belleza china al mundo, sino también para liderar la moda mundial", dijo.
CAMBIOS PARA MEJOR
Mucho ha cambiado en lo que visten los chinos en la última década. A las tiendas que venden alta costura no les faltan los compradores. A la larga lista de glamour de Qipao (vestidos contemporáneos de la dinastía Qing) y el traje Tang, se suma el Hanfu, un tipo de prenda tradicional que data de milenios atrás.
Los datos de iiMedia Research muestran que las ventas de Hanfu aumentaron de 190 millones de yuanes (26,76 millones de dólares) a 6.360 millones de yuanes de 2015 a 2020, impulsadas por las tendencias de personas influyentes en las redes sociales y transmisores en vivo que parecen haber salido del escenario de un drama histórico.
"Lo que se ve ahora es un renacimiento moderno que florece en el rico suelo de la cultura tradicional china. La industria de la confección definitivamente verá creaciones más originales e ingeniosas", de acuerdo con Wang Wensheng, subdirector de la asociación de textiles y prendas de vestir de Beijing.
El PIB de China se duplicó hasta los 114 billones de yuanes el año pasado desde más de 50 billones de yuanes en 2012. Hace diez años, el PIB per cápita de China era de 6.300 dólares, y subió a más de 12.000 dólares el año pasado. Los bolsillos más holgados están sustentando opciones más diversas.
Zhang Yanmei, que trabaja con la cadena de estofados de Xiabu Xiabu, relata los cambios en sus platillos. "Hace unos años, no había tantos sabores. Ahora tenemos el sabor de Tom Yum Kung tailandés, el sabor a curry indio e incluso el sabor a pollo durian, y casi todos se pueden entregar en la puerta de la casa", dijo.
Asimismo, han seguido surgiendo nuevas marcas y cadenas en la industria del catering, y los negocios se están expandiendo en el extranjero, agregó.
Mirando hacia atrás en la última década, la forma de viajar o moverse también se ha ido transformando.
Zhao Qirong, residente en Taiyuan, capital de la provincia de Shanxi, rica en carbón y ubicada en el norte de China, ha sido testigo del rápido crecimiento de los automóviles eléctricos. Al cierre de junio de este año, China tenía 10 millones de vehículos de nueva energía.
Zhao también compró un automóvil eléctrico para que su esposa viaje y lleve a su hijo a la escuela. "Muchas personas están comprando autos eléctricos. Son muy convenientes", refirió.
El ferrocarril de alta velocidad es otro campo de transporte que se está desarrollando a pasos agigantados. "La tecnología ferroviaria china de alta velocidad está rompiendo nuevos límites para beneficiar al público", apuntó Gao Liang, director de la Escuela de Ingeniería Civil de la Universidad Jiaotong de Beijing.
Al cierre de 2021, la longitud total de vías férreas y carreteras de China había aumentado en 1,1 millones de kilómetros en relación con 2012, según los datos del sector.
EL CÓDIGO PARA EL CRECIMIENTO
La última década ha estado impulsada por un desarrollo innovador, coordinado, verde, abierto y compartido, que ha traído cambios profundos en la vida social y económica de China, aseguró Gu Hailiang, profesor de la Universidad de Pekín.
"A través de la implementación integral y fiel de este concepto, China impulsará aún más el crecimiento de alta calidad y aumentará la competitividad", dijo.
Haciendo frente a la pandemia, China registró un crecimiento interanual del 2,5 por ciento de enero a junio de este año y está en camino de una mayor recuperación.
Desde 2012, alrededor de 100 millones de residentes rurales en China han salido de la pobreza absoluta. Entre las tareas masivas completadas se encuentran las 9,6 millones de personas reubicadas desde áreas menos habitables a otras con un mejor medio ambiente.
La proeza antipobreza de China ha dejado su huella en la historia de la humanidad, reflejando la fortaleza del liderazgo del Partido, la eficacia de su filosofía centrada en el pueblo y su fortaleza institucional, de acuerdo con los observadores.
En su 14° Plan Quinquenal (2021-2025) para el Desarrollo Económico y Social Nacional y los Objetivos a Largo Plazo Hasta el Año 2035, China ha reiterado su compromiso con el enfoque centrado en las personas para los años venideros, insistiendo que el desarrollo es para el pueblo y depende del pueblo, y que sus frutos son compartidos por este.
De cara al futuro, China también ha establecido nuevos objetivos de desarrollo y ha puesto la prosperidad común en una posición más destacada, con el objetivo de lograr una riqueza compartida por todos.
La provincia de Zhejiang, una zona de demostración para lograr la prosperidad común, está avanzando constantemente, dijo Yu Jianxing, presidente de la Universidad Gongshang de Zhejiang.
"Las prácticas de Zhejiang nos están ayudando a profundizar la comprensión de lo que significa lograr la prosperidad común y están sentando las bases para lograr el objetivo", dijo. Fin