Jaime Bladimir Cubías Alvarado hizo una mala jugada contra una ferretería que luego de varios años de gestionar por las buenas el pago de una deuda, podría lograr que el exfutbolista sea enviado al banquillo de los acusados.
El drible de Cubías comenzó a mediados de 2015, cuando se presentó como representante legal de Constructora Barillas, según la acusación presentada por la Fiscalía General de la República (FGR) en el Juzgado Segundo de Paz de San Martín.
Con tal ardid pidió que le dieran al crédito diversas cantidades de materiales de construcción que, según el acusado, utilizaba en la ejecución de obras que realizaba en diversas alcaldías e instituciones del gobierno.
Hubo un lapso de aproximadamente tres años en el que Cubías cancelaba en el tiempo estipulado los créditos que recibía; aproximadamente en el año 2018, eso cambió. De repente comenzó a caer en mora y la deuda fue creciendo hasta llegar a más de 90 mil dólares, según los documentos judiciales.
La excusa que daba era que las alcaldías no le pagaban pero en cuanto recibiera los pagos, él se pondría al día con el crédito. Sin embargo, eso no sucedió a pesar de que las municipalidades le pagaban por los proyectos que ejecutaba.
De acuerdo con documentos judiciales, la ferretería le entregó materiales por más de 12 mil dólares, supuestamente, para la construcción de un muro en la Asamblea Legislativa, así como para otros proyectos en diversas alcaldías.
Ante la insistencia del representante legal de la ferretería para que le cancelara los créditos que para entonces ascendían ya a más de 92 mil dólares, Bladimir emitió entre cuatro cheques en distintas fechas entre diciembre de 2018 y marzo de 2019, de una cuenta de la empresa Constructora Cubías, sin embargo, cuando se intentó cobrarlos, aparecía que no tenían fondos. Ningún cheque pudo ser cobrado por esa razón.
De acuerdo con la investigación, resulta “artimañozo” que al revisar la escritura de constitución de la empresa Constructora Cubías, Bladimir no aparece como parte de la misma, ni como socio ni como accionistas. En el mismo documento se establece que la representación legal de tal empresa la ejerce su administrador único propietario, Jhossimar Edenilson Cubías Alvarado.
Jhosimar es hermano de Bladimir, de acuerdo con fuentes fiscales.
Documentos oficiales dan cuenta que Jhossimar es miembro del partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), por el cual se presentó como diputado suplente en las elecciones legislativas y municipales del 2012. Los votos no le alcanzaron para ganar dicho cargo.
A mediados de julio de 2019, el exfutbolista, les hizo otro drible a los dueños de la ferretería. Les ofreció como abono a su deuda, una casa en la residencial Altavista, por la suma de 28 mil dólares. Sin embargo, cuando quisieron tomar posesión de la vivienda, se encontraron con que estaba ocupada. Los residentes dijeron que se la alquilaban a la empresa Constructora Cubías.
Documentos registrales indican que, efectivamente, en mayo de 2018, Bladimir vendió ese mismo inmueble, por la suma de 10 mil dólares, a Constructora Cubías. A la fecha cuando se hizo tal comprobación, el inmueble ya aparecía embargado por una institución bancaria.
De acuerdo con la investigación, el exfutbolista vendió la casa a sabiendas de que ya no le pertenecía.
Ante la insistencias de cobros y reclamos de que solo cheques sin fondo emitía, en septiembre de 2019, Bladimir Cubías emitió un cheque de la cuenta de una empresa denominada C&M, S.A. de C.V., por 10 mil dólares. Pero resultó lo mismo: no tenía fondos. Posteriormente libro un sexto cheque pero, de igual manera, al intentar cobrarlo, no tenía fondos.
Consta en la acusación de la Fiscalía que no se sabe por qué el exfutbolista libraba cheques de las empresas Constructora Cubías y C$M, de las cuales no formaba parte de ninguna manera.
De acuerdo con la Fiscalía, el delito cometido por Bladimir Cubías es estafa agravada.
El lunes anterior, el Juzgado Primero de Paz de San Martín realizó la audiencia inicial contra Bladimir Cubías, quien no se presentó pese a ser notificado para que enfrentara la justicia.
El juez resolvió dictar orden de captura contra el imputado, la cual no se ha hecho efectiva hasta la fecha.