Luego de las inundaciones por el paso de la tormenta Julia, en donde el nivel del agua llegó a cubrir las casas como ocurrió en la colonia Carrillo en San Miguel, las familias han vuelto a sus moradas que aún están húmedas, sucias y con los pozos contaminados.
Juan Pozada trata de desinfectar el pozo en su casa utilizando puriagua;pero sabe que eso es insuficiente para volverla segura para usarla. Por ahora el agua para el consumo es la que viene embotellada y que le han regalado.
La realidad que vive por hoy Pozada y su familia es similar a la que enfrentan todas las personas que viven en zonas que se anegaron por el paso de la tormenta Julia, entre el 7 y 10 de octubre. Muchas de estas familias afectadas aún están en albergues porque el agua sigue estancada en sus comunidades.
Este panorama tiene consecuencias graves en la salud, tanto física como mental, en las personas pues se eleva el riesgo de enfermarse desde gripes, infecciones en la piel hasta padecimientos más graves que requieran hospitalización.
Los médicos Jorge Panameño y Ricardo Lara han hecho análisis de los riesgos sanitarios que hay actualmente debido al saneamiento ambiental.
“Entre las comunidades afectadas por inundaciones el tema tiene que ver con agua, en segundo lugar con letrinas, básicamente no se están abordando esos temas", explicó Panameño, médico infectólogo, en una entrevista matutina con TCS.
La situación que describe el especialista en infectología es lo que vive Juan Pozada y su comunidad, en donde no hay tuberías de agua potable domiciliar sino que se abastecen con pozos o la buscan en cantareras, es decir un chorro de uso comunitario
“Ahorita compramos agua o la gente que nos ha pasado donando, pero cuando las familias son grandes se ocupa bastante agua”, explica Pozada.
En la colonia Carrillo además de abastecerse con agua de los pozos, también tienen letrinas de fosa, por ello con las inundaciones, cuyo nivel cubrió pozos y letrinas, la contaminación se extendió.
El doctor Panameño, también, señala otra situación "todas las zona que se inundan bajo las condiciones que estamos viendo ahora, están en un alto riesgo de que haya un brote de epidemia de leptospirosis, porque el ganado vacuno puede tenerlo y se genera a través de la orina".
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) expone que : “La leptospirosis es una enfermedad zoonótica (puede transmitirse entre animales y seres humanos) de potencial epidémico, principalmente después de lluvias fuertes” .
Panañemo también advierte: "podemos tener brote de hepatitis A, salmonelosis que es la fiebre tifoidea, aumento de enfermedades diarreicas febriles".
Antes que las lluvias y las inundaciones provocadas desencadenadas por la tormenta Julia azotaron el país, el Ministerio de Salud reportaba que entre este año hasta el 1 de octubre de 2022, hubo 737 de fiebre tifoidea. El registro es menor si se compara con los casos de 2019 ( antes de la pandemia por covid), cuando el reporte en el mismo lapso fue de 1,436 enfermos.
Mientras que los casos de hepatitis A son 125 entre enero y el 1 de octubre.
"Quiero poner en alerta a la población sobre esta situación de sanidad, y poner en alerta a las autoridades, que es necesario tocar este tema porque es un riesgo latente desde el momento que se producen estás inundaciones" dijo el médico infectólogo.
Pero Panameño no es el único que está advirtiendo públicamente el riesgo sanitario actual; ya ante el médico salubrista Ricardo Lara ha advertido que : "En experiencias anteriores, ante situaciones como estas por tormentas que tienen gran magnitud, y que llevan a la necesidad de crear albergues, independientemente del tipo de albergue o su lugar, siempre es bueno tener equipos de salud pública, conformados especialmente por médico, enfermera, inspector de saneamiento ambiental y el promotor rural de salud".
Probablemente Lara no conoce lo que ha ocurrido en el albergue instalado en La iglesia El Buen Camino, del caserío Casa Mota en San Miguel; en donde el pastor de dicha comunidad está pidiendo que por favor manden personal de salud para atender a los 140 albergados, cuyas casas están anegadas. Cabe añadir que ellos esperaban dar refugio a 40 personas pero ante la magnitud de los daños, las necesidades fueron mayores.
“Ya se escucha mucha tos por la noche, y no tenemos nada por parte del Ministerio de Salud, la promotora entendemos que por el acceso no ha venido, pero acá tendríamos que tener un médico y una enfermera, o si la Fuerza Armada pudiera traer una brigada médica ya que ellos pueden ingresar con sus vehículos”, dijo a mediados de la semana Manuel de Jesús Hernández Pérez, encargado del albergue y pastor de dicha iglesia.
Hasta el jueves la cantidad de personas en albergues era de 2,188 , distribuidos en 70 lugares del país. La cifra cambia constantemente dado que algunas familias deciden regresar a su casas cuando la anegación ha pasado.
El doctor Lara advierte que para quienes aún están en los albergues hay "múltiples factores de riesgo, de tres grupos de enfermedades que se pueden dar en albergues o donde hay altas concentraciones de personas en lugares cerrados, que no tienen el tránsito de aire adecuado, y sin las medidas de bioseguridad necesarias: las enfermedades respiratorias, las intestinales y las de la piel".
Los dos médicos expertos basan sus opiniones en la experiencia adquirida en las crisis anteriores que ha enfrentado El Salvador, un país con alta vulnerabilidad ante el cambio climático, niveles de pobreza y población con problemas para acceder a agua potable o servicios sanitarios. Pero a la experiencia anterior se suma una variante de peso el virus del covid-19 y un estimado de un millón de personas que no han recibido ninguna de las dosis de vacuna anticovid. También otro factor a añadir a la situación es niños o personas de la tercera edad sin tener al día los esquemas de vacunación. Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de los últimos cinco años, el sistema de salud de El Salvador tuvo una fuerte reducción en 2020 y 2021 en la cobertura de inmunización contra sarampión, tosferina, poliomielitis, rubéola, tétano y otros males.
En esta situación los médicos hacen dos comentarios.
Lara opinó: “"no es solamente el tema del covid que sigue vigente, y recordemos que la OMS (Organización Mundial de la Salud) aún no se atreve a declarar a la pandemia por covid como una enfermedad endémica; también están todas aquellas enfermedades respiratorias que su principal vehículo de transmisión son las gotitas de agua de las personas al estar estornudando, al estar tosiendo. Y si a eso agregamos lugares cerrados, la propagación de cualquier enfermedad es sumamente fuerte".
Mientras que el doctor Panameño aconseja: "Hago un llamado a personas mayores a partir de los 18 años, a que completen su esquema de vacunación, mantener uso de la mascarilla en espacios cerrados, y pongamos especial énfasis en las semanas que faltan para octubre; es una proyección estadística".
Hasta este viernes las 140 personas (55 familias) seguían en el albergue de la iglesia El Buen Camino, del caserío Casa Moto. La petición de ayuda médica y de alimentos que hizo el pastor Manuel Hernández a mediados de semana tuvo respuesta positiva y este viernes llegó una brigada médica de Fosalud para atenderlos.
“He visto que los niños se han enfermado, con fiebres, gripes. El 90% de las personas está presentando hongos en los pies. Aquí los pozos y las letrinas hoy es lo mismo”, dijo el pastor Hernández.
Al lugar llegaron, 4 médicos , 2 psicólogos, personal auxiliar “ahorita están llorando todos los niños y los viejitos porque los están vacunando”, dijo el pastor, con un tono más aliviado que al inicio de la semana y con la protección que las familias estarán unos tres días más ahí.
El pastor está agradecido porque personas altruistas, los miembros de la adesco y la alcaldía les envió la alimentación que urgían.
En el lugar, las aguas del Río Grande que anegaron el lugar han retrocedido, vuelven a su cauce; ahora en esa comunidad para poder sanear los pozos, con ayuda de bombas achicadoras están sacando el agua contaminada para desinfectar y que el pozo pueda volver a ser útil.
Este albergue ha corrido con buena suerte, pero hay otras zonas dónde aún urgen de ayuda. Las aguas han retrocedido y han dejado un riesgo sanitario en las comunidades afectadas.