Dear Elon:
Acabas de exigir a la gente de Taiwán que tienen que evitar que el conflicto permanente sobre su independencia termine en una guerra, porque esto significaría consecuencias muy dramáticas para la economía mundial. Bueno, seguramente también para la tuya, tomando en cuenta tus gigantescas inversiones en la China comunista. Sin China, no podría tener éxito tu ambición de dominar con Tesla el mercado mundial de automóviles.
Para evitar una guerra entre las dos Chinas, y por las consecuencias económicas que tendría, exigiste a los taiwaneses que, luego de 73 años de defender su independencia de la China comunista, se rindan y acepten convertirse en una ‘zona especial’ bajo el dominio de Pekín, o sea del Partido Comunista de China. ¿Ofreces a los taiwaneses una zona ‘especial como’ la de Hong Kong, donde Pekín está erradicando la supuesta autonomía y tomando el control total?
A los taiwaneses no les gustó nada esta propuesta absurda del hombre más rico del mundo. Te mandaron al carajo, así como lo hicieron los ucranianos, cuando hace poco les exigiste también a ellos que se rindieran ante la agresión rusa y que acepten que Putin se quede con el 20% de su territorio y que renuncien a su derecho de incorporarse a la OTAN y la Unión Europea.
¿Qué es lo que te hace pensar que tienes que salvar -más bien dominar- el mundo, y por tanto tienes derecho (me imagino que tú dirías el deber) de decirles a las naciones de qué manera deben cometer suicidio?
Será por la misma razón que te lleva a gastar 50 mil millones de dólares para hacerte del control de Twitter, principal plataforma mundial para el debate político.
Me imagino que detrás de todo esto está la convicción de que sos la mente más brillante del mundo, que los políticos son unos simples empleados, y que solo tú puedes guiar el mundo y mantenerlo seguro. Sólo tienes que triunfar en tu intento de llevar de regreso a la Casa Blanca a los Republicanos, dirigidos por tu amigo Ron DeSantis, para luego forjar los acuerdos necesarios entre Washington, Pekín y Rusia para administrar, guiados por tu sabiduría (y tus intereses), la estabilidad mundial. ¿Para qué necesitamos Naciones Unidas si tenemos a Elon Musk? Seguramente administrarías el mundo de manera menos burocrática, o sea, a tu gusto.
Hablando de sabio: Nadie discute que tienes una inteligencia extraordinaria, que permitió crear un imperio que revoluciona la tecnología. Pero por todo tu comportamiento diariamente publicitado en el campo personal, empresarial y político, queda evidente que te falta el otro componente de la sabiduría: la inteligencia emocional que permita controlar tus emociones, crear empatía para la gente y superar la prepotencia.
Solo espero que, así como te mandaron al carajo los ucranianos y los taiwaneses, también lo haga la gente de Estados Unidos, no permitiendo que el poder de su compatriota más rico lleve a la presidencia al gobernador que tuvo la desfachatez de agarrar a cientos de inmigrantes, meterlos en unos aviones y depositarlos en condados gobernados por los demócratas en otros estados, incluyendo en la acera enfrente de la residencia de la vicepresidente Kamala Harris.
Espero que recapaciten los gobiernos de otros países, por ejemplo el de Alemania, que para atraer tus mega-inversiones han comprometido las finanzas públicas y las leyes laborales. Espero que los usuarios de Twitter no permitan que tú uses la plataforma para tus delirios de superioridad y poder.
No necesitamos que una bestia de inteligencia borracha de ego dirija al mundo. Suficientes problemas tenemos con las versiones chiquitas que lograron llegar al poder en sus países.
Me gustó la manera elegante en que dijiste a Donald Trump que deje de buscar el poder: “Es tiempo que cuelgues tu sombrero y navegues hacia el atardecer”. Él no te hace caso. Hazte caso tú mismo.
Saludos, Paolo Luers