Octubre contempla otra fecha que hace referencia a uno de los tantos temas de la agenda global de las naciones del mundo, siendo el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, cada 13 de octubre, con el objeto de concientizar a los gobiernos y a las sociedades para que tomen medidas y apliquen acciones para minimizar riesgos y fomentar políticas públicas que busquen la sostenibilidad ante el impacto que viene ocasionando el cambio climático.
Cada año se traza un objetivo o temática que debe abordarse y que se encuentra inmersa en el tema principal sobre el que se hace referencia, siendo el 2022 la importancia de que las personas tengamos acceso a los sistemas de alerta temprana, a la información y evaluación del riesgo de catástrofes. Aunado a ello, se busca evitar de gran manera, la creación de nuevos riesgos y reducir los que ya existen.
Los diversos fenómenos naturales a los que países como El Salvador se enfrenta año tras año, generan múltiples retos e impactos a nivel social ya que estos eventos que suelen ser catastróficos, pueden llegar a ocasionar perdidas económicas y de vidas, generando grandes retos para la reestructuración por los daños que puedan ocurrir. Desde caída de edificios, inmuebles, arboles, inundaciones, hasta la perdida de seres humanos, son parte de este tipo de situaciones que requieren ser monitoreadas constantemente, a manera de buscar generar estrategias de resiliencia y gestión para minorizar los riesgos e impactos que estos fenómenos pueden llegar a ocasionar de un momento a otro.
Instrumentos internacionales multilaterales como el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, establece parámetros que deben tomarse en cuenta como insumos para diseñar políticas publicas a la medida, por parte de cada una de las naciones para atender de manera temprana, con celeridad y de forma diligente, los fenómenos y desastres naturales que puedan llegar a surgir de un momento a otro. Aprobar un marco conciso, especifico, con visión de futuro y orientado a la práctica, gestionar modalidades de cooperación en donde se fomente el compromiso de los involucrados, evaluaciones periódicas de los avances, desafíos, errores y oportunidades, son parte de las acciones a ejecutar para poder obtener resultados fehacientes a corto y largo plazo.
Por ello, acciones como la campaña Sendai 7 que insta a trabajar para reducir la mortalidad mundial, el numero de personas afectadas, perdidas económicas, daños de infraestructuras vitales, incrementar estrategias para reducción de riesgos de desastres, mejora en la cooperación internacional e incremento en la disponibilidad de los sistemas de alerta temprana, son indicadores que deben ser accionados para tratar debidamente este tema, de lo contrario, la vulnerabilidad crecerá aun mas y los impactos serán mas severos.
Por lo tanto, debe generarse una cultura y fomentar educación sobre de prevención ante los fenómenos naturales tanto para riesgos a pequeña como a gran escala, además de los que ocasiona el ser humano, como los producidos por las amenazas naturales, más allá de la complejidad que requieren las estrategias que abordan este tema, los mecanismos de coordinación, políticas locales y globales, colaboración y aportes transdisciplinarios y multisectoriales, entre otros requisitos a cumplirse, seguir dando pasos firmes y sumar esfuerzos, ayudara para lograr un mundo mas resiliente y sostenible en el tiempo y para las futuras generaciones.