Mens sana in corpore sano… Corpore sano in mens sana… (Una mente es sana cuando su cuerpo es sano, como es sano el cuerpo a consecuencia de una mente sana, positiva…)
Cuidar la propia salud es la práctica de muchas personas, lo que contrasta y entristece frente a aquellos que se descuidan, se dejan dominar por vicios, no vigilan ni su peso ni la regularidad de sus hábitos y en tal manera van labrando su propia perdición.
La salud física pasa por el hecho de estar seguros de que, sobre todo los niños y jóvenes, los ejercicios que practicamos sean los adecuados para el desarrollo. Por ejemplo, no es conveniente que un joven al que todavía le falta crecer practique pesas, porque seguramente atrofiara su crecimiento. Y lo decimos porque hemos visto casos muy patentes.
A la inversa…
-¿Cómo está tu hermana? -preguntamos a un amigo hace muy poco.
-Esta gordísima -fue la respuesta-. No hace ningún ejercicio, no le gusta caminar, come sin control… pero ella se siente feliz, sin pensar que los hombres, al igual que los peces, mueren por la boca…
Gracias al capitalismo, en muchas partes del mundo la población tiene la posibilidad de no pasar hambre, el terrible azote de grandes sectores y lo que se sufre al día de hoy, como lo atestiguan las recurrentes hambrunas en muchos lugares de África, en parte a causa de mortales agresiones de unos a otros, como esta sucediendo al sur de Etiopía a causa de las depredaciones de bandas que pretenden imponer por la fuerza sus supersticiones, su religión, al igual que aniquiladores encontrones entre etnias disputándose el derecho de imponerse a otros.
Por fortuna la humanidad en general cuenta con el saber, la tecnología, para vencer el hambre, lograr cosechas en lugares que hasta ese momento eran tierras estériles. Y así vemos cómo mujeres y hombres usan paneles solares para extraer agua del subsuelo o se las arreglan para recoger el agua lluvia, no dejarla perder.
Pero siempre hay “nubes muy negras”, demonios terribles que impiden que la tierra florezca, que haya pan para todos…
¿Hambre terrible en medio de la abundancia? Si sucede y el ejemplo más desgarrador es Venezuela, un país “fabricante de fugitivos”, donde la mayoría de la gente o se las arregla para salir de él o aspira a poder hacerlo tan pronto sea posible.
Son muy, muy pocas las naciones bendecidas con tal abundancia de recursos naturales como Venezuela, que cuenta con enormes reservas de petróleo, tiene un lago de puro asfalto, selvas extraordinarias y ríos caudalosos (los que no existen en esas dimensiones en México, como ejemplo, lo que fue una de las causas de la extinción de los mayas en Yucatán)..
Los populismos hunden en el hambre y la miseria a los pueblos
En Venezuela hay una enorme montaña de hierro casi puro, sitios turísticos llenos de su propio encanto, una larga costa frente al mar Caribe…
Pero nada de eso vale si a la cabeza de la nación está un “ultra” socialista, un individuo que protege el narcotráfico y patrocina vuelos de droga hacia pistas clandestinas al sur del Sahara, desde donde las mafias europeas las distribuyen…
El bienestar, la abundancia, tanto personal como colectiva, son estados de la mente, actitudes. Dependen mucho de lo que piensan sus políticos, o “no piensan”.
India, un subcontinente que tiene más tierra fértil por cabeza que Francia, pasó unas terribles hambrunas bajo Jawarhal Nehru, que se decía ser del grupo “no alineado” pero que más del lado estalinista no podía estar, lo que apunta a un hecho: hambre es casi siempre el resultado de los populismos que venden fantasías en abundancia y terminan matando de hambre a los pueblos incautos.