Luego de un año de formación en áreas como emprendimiento, derechos humanos, autoestima, valores, entre otros, el proyecto Casa Torogoz, que tiene como objetivo el empoderamiento de niñas, llegó a su fin el pasado mes de julio de 2022.
Como resultado, cerca de 70 mujeres jóvenes que se encontraban en condición de vulnerabilidad debido al confinamiento obligatorio durante la pandemia del COVID-19, culminaron su proceso de aprendizaje en dichas áreas.
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Durante la clausura, en donde se hizo la entrega oficial de los diplomas a las jovenes beneficiadas con el proyecto, el especialista en educación, Héctor Matal, destacó la importancia de promover espacios como este para la formación de mujeres jóvenes.
Según Matal, la idea principal de propuestas como esta, es fomentar la prosperidad en el país a través de la educación como motor principal para el desarrollo de los países.
Prevención de migración
Mediante una puesta en escena, se evidenció que la implementación de proyectos como Casa Torogoz, , además de empoderar a las mujeres, busca prevenir la migración irregular.
“Esto forma cimientos en el país, y les da un motivo más (a las personas beneficiarias) para quedarse en su país, y que puedan cumplir sus sueños aquí en El Salvador”, explicó el especialista.
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Por otra parte, Mike Hernández, representante de UNASA, detalló que este proyecto es una excelente oportunidad para empoderar y posicionar el rol de la mujer jóven en El Salvador.
“Es hora que nosotros como salvadoreños, comencemos a dar esos pasos de posicionar a la mujer como una personalidad de cambio”, enfatizó.
Historias de éxito
Alexandra A., es una jóven de 17 años de edad y comentó ser una de las principales beneficiadas con los talleres de formación impulsados por el proyecto Casa Torogoz.
Según lo relata Alexandra, el haber recibido formación en el taller de habilidades le permitió tener un panorama diferente sobre lo que deseaba emprender, así como también, a reforzar su autoestima. Alexandra expresa que la formación la impulsa a ser más segura de sí misma.
“Estos talleres me han ayudado a tener una mejor visión de mi emprendimiento y a tener un mejor trato con las personas”, agrega.
Actualmente, Alexandra se dedica a la elaboración y comercialización de arreglos florales por medio de plataformas digitales. Su emprendimiento se llama “Rosas Eternas” y las flores que conforman los arreglos son realizadas con materiales reciclados y listones de tela.
Metzly M. es otra de las historias de éxito de mujeres que forman parte del proyecto. que han dado como resultado el empoderamiento y emprendimiento de negocios de las jóvenes formadas.
Con la formación recibida, Metzly se dedica a la globoflexia y cuenta con una fuente de ingresos para su hogar.