Y sucede cada año
Por María Alicia de López Andreu | 05-07-2024
Recuerdo perfectamente cuando San Salvador podía caminarse tranquilamente a pie, de norte a sur y de este a oeste. Era más probable encontrar un bolo tirado en la acera, que un papel u otro tipo de basura. Las amas de casa sentían orgullo en mantener limpio el frente de su hogar y era normal, al ir caminando tempranito hacia el colegio o la escuela, encontrar a las vecinas saludándose cordialmente mientras barrían su porción de acera.